Eliot Ness tributario

Eliot Ness tributario

Al Capone fue, durante muchos años, un imposible para la justicia de Estados Unidos. Sus actividades delictivas estaban a la luz de todos, pero nunca se le logró pescar con las manos en la masa.

La frontera con Canadá era como su patio, por donde pasaba a su antojo el whisky prohibido durante los años de la prohibición. Pero la prueba del delito no tocaba sus manos.

Se le sabía sucio, pero inagarrable, tanto por su habilidad como por la corrupción de los llamados a atraparle.

El whisky no dejaba rastros que pudieran conducir a Capone a la cárcel.

Pero el dinero sí.

El dinero sucio evadía el fisco.

El Tío Sam no jugaba, ni juega, con el dinero que le toca.

Por eso mandó a perseguir la cartera de Al Capone y fue por ahí por donde finalmente cayó el legendario capo.

Difícilmente en el país encontremos un Eliot Ness, pero la nueva Ley de Lavado da pie a que algunos puedan caer como Capone: por evasión fiscal.

Magín Díaz hizo la advertencia, sin poner cara dura, y quizás hasta con una sonrisa, pero el que ahora evade ya no enfrenta la Ley Tributaria, sino la de lavado de activos, que equipara al evasor con cualquier otro que hace dinero por medio del delito.