Electromagnetismo y cerebro humano

Electromagnetismo y cerebro humano

Electromagnetismo y cerebro humano

Osiris de León

Durante millones de años los seres vivos han evolucionado en un planeta Tierra que desde su origen, hace 4,567 millones de años, ha estado protegido por un extraordinario campo electromagnético que bloquea las radiaciones cósmicas y bloquea el intenso viento solar que nos golpea en forma de tormentas solares cada vez que el Sol produce excesiva eyección de masa coronal magmática.

Todos los animales, incluidos los seres humanos, hemos evolucionado bajo los efectos directos del campo electromagnético natural de la Tierra, y, consecuentemente, el cerebro humano también ha evolucionado genéticamente desarrollando células que responden a los efectos de polarización inducidos por el campo electromagnético natural de la Tierra, campo que transporta energía elástica y todo tipo de información.

De ahí el increíble poder del cerebro humano que ha evolucionado para captar ondas electromagnéticas adelantadas que llegan como reflejos que contienen informaciones sobre hechos que ya han ocurrido en la ecuación espacio-tiempo en que nos movemos, y que usualmente llamamos “presentimiento”, y si pasamos revista a lo que ocurre a nuestro alrededor veremos que toda persona en algún momento ha tenido un “presentimiento” que posteriormente se ha convertido en realidad, pero en realidad no era un “presentimiento”, sino el reflejo adelantado de un hecho ya ocurrido en un vagón delantero del tiempo en que nos desplazamos, y es captado y descodificado por el cerebro mientras vamos sentados en un vagón de atrás.

Aunque usualmente no relato anécdotas propias, esta vez debo hacer una excepción y relatar un hecho particular vivido el pasado 28 de marzo de 2015: pues mientras almorzaba en casa, miraba en Discovery Science TV un documental sobre desastres naturales, y al terminar el documental fui al gavetero a buscar un poco de hilo dental, y mientras cortaba un trozo de hilo vino a mi mente, no sé porqué, el recuerdo de las ecuaciones de Maxwell, pero no presté ninguna atención por entender que era un pensamiento sin mayor importancia.

Regresé al asiento con el trozo de hilo dental en las manos para seguir viendo la Tv, pero en ese momento comenzó un nuevo programa que no me interesó, e inmediatamente decidí cambiar de canal y poner a National Geographic, y para mi sorpresa, justo en ese momento comenzaba un programa con Neil de Grasse Tyson donde el tema era precisamente las ecuaciones de Maxwell. Me quedé sorprendido.

¿Cómo pudo ocurrir que algo tan poco común como las ecuaciones de Maxwell, las que tratan sobre el campo electromagnético, y en lo que casi nunca pienso, de repente llegara de manera súbita y extraña a mi mente, y sin aparente justificación?, pues en ese momento no pensaba en física, ni en electromagnetismo, sino en el interesante reportaje sobre desastres naturales.

Y ¿cómo es posible que segundos después que ese pensamiento llegara a mi mente, alguna fuerza me impulsara a rechazar el nuevo programa de TV, me hiciera cambiar de canal, y me direccionara a sintonizar un canal donde comenzaría en ese instante un documental sobre las ecuaciones de Maxwell y el campo electromagnético?

La verdad es que cosas como estas nos ocurren a todos casi a diario, pero siempre las pasamos desapercibidas por considerarlas simples casualidades, o simples presentimientos, cuando en realidad lo que el cerebro hace es captar un reflejo de un hecho que ya ha ocurrido en otra dimensión adelantada del tiempo, y en otro espacio, aunque en este caso era en Tv, y a partir de ese momento la mente generó las fuerzas y acciones necesarias para hacer los cambios de lugar para posicionarse en el mismo lugar donde se trataba el tema de las ecuaciones de Maxwell y el electromagnetismo, confirmando que todo cerebro humano tiene la capacidad de recibir y descodificar señales electromagnéticas, aunque usted no lo crea, como muy bien lo decía Ripley.



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