Elecciones dominicanas a la vuelta de la esquina, ¡nada nuevo, y algo diferente!

Elecciones dominicanas a la vuelta de la esquina, ¡nada nuevo, y algo diferente!

Elecciones dominicanas a la vuelta de la esquina, ¡nada nuevo, y algo diferente!

Kenia del Orbe

Tenemos las elecciones dominicanas a la vuelta de la esquina. Este domingo 15 de mayo los dominicanos acudirán a las urnas para elegir a las nuevas autoridades que han de dirigir la Nación, como ya expusimos anteriormente en un artículo sobre la campaña electoral.

Estos comicios gozan de la peculiaridad de ser la primera elección desde 1994 en que todas las autoridades públicas serán electas de forma simultánea, ya que se podrá elegir al presidente y vicepresidente de la República, senadores, diputados nacionales y de ultramar, alcaldes, regidores y representantes al Parlamento Centroamericano, es decir unos 4,213 cargos públicos, cifra histórica en país.

Como en años anteriores tanto la precampaña como la campaña electoral estuvieron caracterizadas por las denuncias del uso de los recursos del Estado, el clientelismo político se dejó ver en todos los niveles, el transfuguismo volvió a protagonizar la cobertura electoral, donde líderes de los principales partidos políticospasaban de un bando a otro con el objetivo de obtener una candidatura a como dé lugar, otros como garantía de mantenerse o volver al poder, y pugnas internas entre dirigentes y candidatos cobraron la vida de varias personas.

También se vivieron divisiones entre fuerzas políticas, aunque no es la primera vez que ocurre el caso más destacado fue el del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), del cual surgió el Partido Revolucionario Moderno(PRM).

Como siempre, los partidos mayoritarios y con más recursos desarrollaron una campaña electoral más agresiva, lo que impidió la competencia en equidad e igualdad de condiciones entre las fuerzas participantes, en fin nada nuevo…Seguimos en República Dominicana.

¿Algo diferente? Por ejemplo algunas alianzas entre partidos sorprendieron a muchos ciudadanos, que antes era inimaginable ver al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), principal fuerza opositora, ir aliada al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), entiéndase liberales con socialdemócratas.

Aunque el segundo surgió producto de una división del primero en el año 1973. Por otra parte el Partido Revolucionario Moderno (PRM) aliado con el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), es decir, conservadores de centro derecha con socialdemócratas de centro izquierda.

Por último, como un vivo ejemplo de la americanización de las campañas electorales, no podemos dejar de mencionar la espectacularización de la gran puesta escena durante la campaña. Nos referimos al primer debate presidencial televisado en el que participaron siete de ocho candidatos a la presidencia de la República. Ydonde el gran ausente fue el candidato oficialista y actual presidente del país.

Es una pena que el candidato al que las encuestas dan como posible vencedor de la contienda, le negara el derecho a los electores de escuchar sus propuestas del programa electoral.

Pues los debates electorales tal y como cita la investigadora española María José Canel, se convierten en uno de los eventos más importantes por dos motivos, primero porque de los eventos “éste es el que más puede hacer cambiar un resultado electoral. En segundo lugar, con carácter general se puede decir que es el evento electoral más seguido en los países que se celebra”.

Como dijo Julio César: “la suerte está echada…” Lamento no poder agregar a la frase “que gane el mejor”.

Pues en política no se cumple al pie de la letra, en la mayoría de los casos, por no decir casi siempre, el triunfo de un candidato o una candidata dependerá de la estrategia que utilice para persuadir a los electores, y para nadie es un secreto que en América Latina con pocos recursos se hace muy difícil por no decir imposible obtener una victoria electoral.

Finalmente, exhortamos al pueblo dominicano ejercer su derecho al voto que le corresponde por ley, de manera que no se abstengan de participar en la fiesta de la “democracia”, en la que rara vez todos significamos lo mismo ante el Estado.



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