El atraso político de la sociedad dominicana erupta (eruptio) a cada rato; cuando menos lo esperamos. Siguiendo el razonamiento de Bosch, debido al escaso desarrollo del capitalismo en nuestro país, la democracia representativa no encaja con nuestra realidad.

En la tradición liberal, el desarrollo de la democracia demanda que el Estado no imponga limitaciones a la libertad de los ciudadanos más allá de las necesidades para el respeto de los derechos de todos.

Cruzar un semáforo en rojo es un atentado contra la vida de otros, por tanto, es legítimo restringir la libertad de los conductores en ese hecho, pero imponer un tipo de música para que la escuchen todos es contrario a la libertad de los ciudadanos.

Cuando menos lo esperábamos sale una propuesta que demanda obligar a todos a votar en las elecciones, devolviéndonos a la reforma del 94 que prohibió la candidatura de un ciudadano dominicano para las elecciones del 96 sin estar condenado judicialmente y nos encerraban por sexo para votar.

Las deficiencias de la democracia únicamente se resuelven con más democracia, no restringiéndola. Obligar a todos a votar es una salvajada, comparable únicamente, en el caso de la historia dominicana, al régimen trujillista. Pero sé que poca historia se estudia entre los actores políticos y los opinadores.

El voto es un derecho que el ciudadano puede ejercer según su voluntad. Por supuesto, parafraseando a Platón, el peor castigo para los buenos que no se involucran en política es ser gobernados por los malos.