El uso del latín

El uso del latín

El uso del latín

La lengua de la antigua Roma, el latín, reviste una paradoja: es una lengua “muerta”, de “uso universal”. Es muerta porque no se habla formalmente ni aquí, ni allí, ni más allá; es decir, no tiene apoyo oral.

En el Vaticano, donde es lengua oficial junto al italiano, no es hablada en la cotidianidad. En él escribe la Iglesia sus documentos y preserva su doctrina latina.

Sin embargo, el lector de estas líneas se ve compelido a usar el latín con notable frecuencia, al emplear términos y expresiones que, aunque hable en inglés, en francés, en alemán, en portugués, etc., etc., y puedan ser traducidos, se presentan y escriben en la lengua original.

¿No dice el abogado, hablando en formalidad, “Habeas corpus”, “Non bis in idem”, “Affidavit”, “Sub iudice”? ¿No usa corrientemente el estudiante la palabra “Pensum”, la expresión “Magna cum laude”, “Ph.D. (Philosophiae Doctor)”, y saben lo que dicen?

El latín, esa lengua muerta (?), sigue siendo el idioma científico universal para ciertas disciplinas. Decimos “Homo sapiens”. Vemos que el símbolo del mercurio es Hg, porque el latín aporta el término de donde procede:

Hidralgyrium”, y para el oro Au (“Aurum”). ¿Cómo se dice caballo en ruso, en chino, en árabe, en griego? No importa, para la ciencia es “Equus ferus”.

El latín usual, ese con el que nos vemos todos los días, es aprendido de oídas, y al surgir una deformación en el hablante, ésta puede fijarse.

Así, la usual palabra “Interim”, tanto en lengua latina (con su “m” final), como en lengua española (con su “n”) es esdrújula, pero es frecuente oír pronunciación aguda, aun en ciertos medios no esperados.

El latín no tiene palabras agudas, no usa tilde, pero cuando figura marcada, tiene razones practico-didácticas aceptables.

De igual modo, el familiar vocablo “Gratis” es estrictamente latino, y la lengua española ha hecho suyo el mismo.
“Gratis”-como se sabe- significa “de balde”, “sin pago”. Proviene de la palabra “Gratia” (suena ´gracia´) y expresa “favor”.

Alguna vez, alguien, ¡quién sabe!, le antepuso a la palabra “Gratis” la partícula “de”, y desde entonces es frecuente oir decir “de gratis”.

Es un error. Un error conocido como cruce de expresión. Como puede decirse “de balde” se empezó de decir “de gratis”. Podemos decir “Este libro es de él, pero no “Este libro es de mío”.

El mío expresa ya la posesión. Así sucede con el término “Gratis”, implica el modo en que algo es entregado.

*Por Luis F. Cruz



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