Millones de personas dejan sus países cada año para llegar a los Estado Unidos en busca del sueno Americano, pero no todos lo alcanzan.

La verdadera razón de no realizar ese anhelo es porque no se han fijado una meta consistente y un plan de trabajo viable.

Muchos son los que dicen que tal sueño es una mentira y que no se puede alcanzar. Ellos tienen razón. Cuando no sabemos para dónde caminar entonces es como no ir a ningún lugar y ese es el verdadero secreto del poco éxito de muchos inmigrantes.

El sueño americano es lograr tener más y vivir mejor que lo que podrían hacerlo en sus propios países, y en función de ese simple enunciado la gran mayoría de los autoexiliados económicos logran su objetivo; muestra de ello es que nunca regresan a vivir a sus países de origen.

La otra gran verdad, a otro gran grupo le ha resultado exitoso marcar una ruta hacia ese sueño y elaborar un plan de trabajo con fechas y horas en sus calendarios, los cuales ejecutan con disciplina y perseverancia; aun cuando tienen que postergar algún proceso nunca se dan por vencidos.

Dentro de esos programas es obligatorio incluir planes de estudios y esa es una de las grandes debilidades que tiene un segmento muy grande de los inmigrantes.

Gran cantidad de profesionales, quienes se supone han desarrollado dinámicas de estudio durante su vida de estudiantes universitarios, se rehúsan a volver a estudiar en los Estados Unidos.

He visto personas profesionales de la República Dominicana quienes viven en los Estados Unidos por 30 años o más y quizás ahora es cuando han decidido aprender el idioma.

El sueño americano es imposible cuando ni comunicarnos podemos.