El PRD mayoritario: un partido y una gran Convergencia

El PRD mayoritario: un partido y una gran Convergencia

El PRD mayoritario: un partido  y una gran Convergencia

Hugo Tolentino Dipp

Creemos no ser los únicos que se sienten preocupados por el papel que corresponde al núcleo perredeísta que se ha dado en llamar Partido Revolucionario mayoritario.

Y esto así, en razón de que la gran mayoría de sus integrantes expresa de forma reiterada la convicción de que sin más tardanza, es ineludible contar con un partido político que reafirme el propósito de crear en nuestro país un real y justiciero sistema democrático.

El recurrente intento de promover conversaciones, arreglos políticos y entendimientos personales con la parcela minoritaria que dirige Miguel Vargas Maldonado es lo mismo que arar en el desierto.

Y es que Miguel Vargas Maldonado profesa una conducta incompatible con las esencias progresistas que han nutrido el Partido Revolucionario Dominicano de José Francisco Peña Gómez.

El PRD mayoritario debe ejercer de forma coherente e institucional una acción política pautada por su tradición democrática, negadora del clientelismo, de la corrupción, de la impunidad, de la mentira, del derroche.

Es decir, existe en el PRD mayoritario la sentida necesidad de disponer, haciéndolo suyo, de un organismo político palpable, identificable, institucionalizado de acuerdo a las exigencias de la ley.

Más de una vez hemos dicho que una Convergencia no es un partido, sino una coalición de fuerzas políticas.

De allí la necesidad de contar con un partido, con un organismo que permita canalizar y formalizar las perspectivas del PRD mayoritario; un partido que la Junta Central Electoral no pueda objetar ni dificultar su creación con subterfugios leguleyos; un partido que sirva de vocero y de atalaya para divulgar y ejercer los presupuestos ideológicos de ese PRD mayoritario; un partido que frente a las exigencias de la Ley Electoral facilite los trámites del ejercicio político y el decurso de las ambiciones sanas.

Es, pues, requisito prioritario para que el PRD mayoritario pueda actuar de manera orgánica, la adopción de un partido que asuma la representación de sus perspectivas, tácticas y estratégicas.

Y una vez alcanzada esa meta, reforzar los lazos ya anudados en la Convergencia existente y hacer un llamado a los dominicanos, a los partidos democráticos y a los ciudadanos independientes para la justa armonización de una todavía mayor Convergencia.

Proceder de esa suerte en el menor plazo posible es hacer del PRD mayoritario el generoso propiciador de la unificación de las voluntades democráticas capaces de encauzar el desarrollo equitativo de todos los dominicanos.



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