El poder y la fama acaban

El poder y la fama acaban

El poder y la fama acaban

Hugo López Morrobel

El poder de cualquier tipo, al igual que la fama, hay que manejarlo con suficiente inteligencia y tacto, porque
quienes viven en esos estadios, casi siempre pierden el control.

Cuando alguien logra, por el medio que sea, poder político o económico, en especial cuando se viene de la nada, debe manejarse con sumo cuidado.

Casi siempre se produce un giro abismal, y tras pasar la resaca, que siempre llega, se ven en la necesidad, porque la conciencia los obliga, a admitir que cometieron errores irreparables, muy costosos.

Hasta ahora se desconocen, aunque se han realizado muchos estudios científicos, las causas por las que el ser humano se transforma radicalmente cuando se cree poseedor de poder y fama.

Lo lamentable para los que por el poder y la fama, se creen dueños y señores del mundo, es que en cualquier momento quedan completamente huérfanos.

¿Y entonces?

Alex Rodríguez es un ejemplo de que la fama es efímera y que cuando se cometen errores, se pagan muy caros a través de toda tu existencia.

En política es peor, porque por mucha impunidad que haya una sociedad, en un momento determinado, al final paran en la cárcel.



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