El pobre trabajo de la Justicia

El pobre trabajo de la Justicia

El pobre trabajo de la Justicia

La Procuraduría Especializada de Crímenes y Delitos contra la Salud ha tenido mucho trabajo en el primer semestre del año. Sobre todo en la persecución de productos ilícitos, falsificados y de contrabando.

En ese ámbito llama poderosamente la atención el accionar de las autoridades en el decomiso de tres productos de consumo masivo: el agua, el alcohol y los cigarrillos.

En el contrabando detectado de este último producto hay envueltos 31 millones 860 mil unidades. Una cantidad que en dinero del mercado representa 159 millones 300 mil pesos,

En ese orden sigue el rubro de bebidas alcohólicas, cuyo valor, en su decomiso, asciende a 60 millones de pesos; y en tercer orden sigue la clausura de 22 procesadoras de agua que estafaban vendiendo un producto sin la calidad requerida. O sea, los consumidores dominicanos, trátese de cigarrillos, de bebidas alcohólicas o de agua para el uso humano son estafados cotidianamente por redes y delincuentes, hasta que las autoridades los atrapan.

Cuando esto último sucede son “condenados”. Muy pocos (siete de ellos) van a prisión preventiva, quince terminan con impedimento de salida del país, 36 reciben garantías económicas y 39 solo tienen que hacer “presentaciones periódicas”.

Con este tipo de sanciones tan acomodaticias, ¿cuántos no vuelven a delinquir en un mercado de la falsificación, que mueve un volumen de 260 millones de pesos?

Una impresionante suma que se toma en cuenta solo de los casos detectados en un periodo de seis meses. Definitivamente, hay algo seriamente dañado en nuestra Justicia.



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