El pez Loro, generador de arenas coralinas

El pez Loro, generador de arenas coralinas

El pez Loro, generador de arenas coralinas

Photo from ARKive of the Rusty parrotfish (Scarus ferrugineus) - http://www.arkive.org/rusty-parrotfish/scarus-ferrugineus/image-G124253.html

Santo Domingo.-Por la vistosidad de sus colores, el pez Loro lleva un nombre genérico alusivo a las aves sudamericanas y africanas con igual mote, que en su plumaje también guardan similitud con los tonos brillantes de un arcoíris.

La diferencia entre ambas especies, acuática y terrestre, está en que esta clase de pez marino, perteneciente la familia de los escaridos (Scadidae), tiene un rol protagónico para el equilibrio del ecosistema marino.

Controlan las algas

“Son espacies cuya importancia fundamental es el control de las algas, ya que son consumidores de las mismas, las cuales crecen de manera desproporcionada sobre los corales y afectan el crecimiento de estos”, dijo Máximo Then, técnico del área de monitoreo del Viceministerio de Recursos Costeros.

Estabilizan costas

Los corales, en cambio, representan un grupo de organismos invertebrados que estabilizan las costas y sirven de refugio a muchos otros peces. De ahí que existe una simbiosis entre el pez Loro y los corales.

“Todo el espectro del arco iris, en cuanto a sus colores, lo vamos a encontrar en ese pez, que en principio predominaba en los acuarios con fines lúdicos por su belleza”, comenta Then, quien especifió que habitan tanto en las costas del Atlántico como el Caribe.

Generan arenas del mar

A esta particular especie se debe en gran medida la generación de las arenas coralinas que existen en las playas tropicales, entre las que figuran las hermosas costas dominicanas.

Dada la capacidad y estilo puntiagudo de sus dientes corneos, a estos peces se les facilita roer los corales y rocas de los mares.

“Dicho proceso les permiten producir arenas blancas coralinas a las que desprenden las algas. Una vez las digieren y defecan esas arenas van al fondo marino”, reveló Then.

El estudioso y buzo marino indicó que dentro de esta última dinámica contribuyen a la fomación de playas. Sin embargo, en la medida en que han ido disminuyendo las especies de consumo comerciales de mayor valor, los pescadores se han empeñado en capturarlos para sacar provecho económico.

Y esta práctica implica un gran daño al ecosistema. De ahí que hoy día numerosos grupos que abogan por la protección del ambiente claman porque se detenga o controle su consumo.

El Ministerio de Medio Ambiente, a través del Viceminsiterio de Recursos Costeros, trabaja en un reglamento para regular su captura de forma gradual, ya que representa el sustento de muchas familias.



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