El nuevo contrato Gobierno-Barrick

El nuevo contrato Gobierno-Barrick

El nuevo contrato Gobierno-Barrick

Desde el mes de octubre del año 2009, cuando fuimos convocados formalmente por la Comisión Especial de la Cámara de Diputados que estudiaba la enmienda al contrato especial de arrendamiento de los derechos mineros de Pueblo Viejo, advertimos que esa enmienda era una estafa porque reducía a cero el 25% de participación del Estado en las utilidades netas (PUN), y reducía a cero el 25% de impuesto sobre la renta (ISR), acordados en el contrato firmado en el año 2001, comprometiéndose a pagar un 28.75% de utilidades y un 25% de impuesto sobre la renta cuando hubiese alcanzado una tasa interna de retorno de 10% y paralelamente hubiese recuperado toda su inversión inflada.

Advertimos a los diputados, al Gobierno, y al país, que esa modificación al contrato de explotación de oro y plata de Pueblo Viejo debía ser rechazada porque la empresa nunca pagaría el 28.75% de PUN, ni el 25% del ISR, pues «contablemente» se aseguraría de nunca reportar haber alcanzado un 10% de tasa interna de retorno, ya que de acuerdo a la propuesta de modificación del contrato esa tasa sería calculada anualmente en base al flujo neto de efectivo del año fiscal, comparado al año anterior.

Muchos diputados no se habían percatado de que la modificación del año 2009 establecía que si el flujo neto de efectivo anual resulta ser igual o superior a cero, la empresa pagaría al Estado el 28.75% de PUN, y el 25% del ISR, además del 3.2% del valor de cada embarque (RNF); pero si el flujo neto de efectivo resulta ser negativo, entonces la empresa sólo pagaría al Estado el 3.2% del RNF, y ese era el principal truco fraudulento de la enmienda propuesta, de forma tal que arreglando la contabilidad sólo pagaría el 3.2% de cada embarque, y por eso objetamos esa cláusula y sugerimos eliminarla.

El pasado 27 de febrero de 2013, el Presidente de la República, Danilo Medina, al pronunciar su discurso ante la Asamblea Nacional, denunció que esa enmienda al contrato minero de Pueblo Viejo, firmada y aprobado en el 2009, es inaceptable porque de cada 100 dólares sólo le da 3 dólares a nuestro país (tal y como dijimos desde el 2009); añadiendo que la empresa minera Barrick Gold ha sido intransigente ante las solicitudes de este nuevo gobierno para acogerse a la solicitud de revisión del acuerdo.

Desde febrero pasado recomendamos públicamente al Presidente de la República, al Congreso Nacional y a las Aduanas, prohibir las exportaciones de Barrick hasta tanto se firmara un nuevo contrato, porque esa es la única vía para obligar a las grandes empresas mineras a renegociar contratos, prohibición que se hizo efectiva el jueves 02 de mayo de 2013, lo que de inmediato obligó a los máximos ejecutivos de Barrick a viajar de emergencia al país con la firme encomienda de llegar a un acuerdo con el Gobierno, y así lo anticipamos en fecha 05 de mayo de 2013, al ser entrevistados por el periódico El Caribe que lo publicó en portada en su edición del día siguiente.

Los máximos ejecutivos de la Barrick llegaron al país la tarde del 06 de mayo, (tal y como lo anticipamos), y luego de 48 horas de conversaciones el Gobierno y Barrick anunciaron públicamente haber llegado a un acuerdo (tal y como lo anticipamos), acuerdo mediante el cual se elimina la cláusula del 10% de tasa interna de retorno, la cual era la trampa que impedía, casi de por vida, acceder al 28.75% de los beneficios y al 25% del impuesto sobre la renta, dejándonos apenas el 3.2% de beneficios a que hizo referencia Danilo Medina el 27 de febrero pasado, y que había sido advertido por nosotros desde el 2009,

Con el nuevo acuerdo el país accede de inmediato al 28.75% de los beneficios y al 25% del impuesto sobre la renta, lo que sube nuestros beneficios de un 3.2% real, a un 51.3% real, aunque algunos «contables» dicen que si la mina hoy vale US$52,000 millones, y nos van a dar US$11,600 millones (estimados en base al precio actual del oro, y con inflados costos de producción), sólo nos estarían dando cerca del 20%, como si no hubiesen costos de capital, costos financieros, depreciación de maquinarias y equipos, costos operacionales y costos de renovación.

Otros critican el acuerdo alegando que con el contrato actual recibiríamos US$10,100 millones y con el nuevo contrato apenas recibiríamos US$1,500 millones más, y que no vale la pena, sin saber que esos US$10,100 millones estimados en el contrato actual son ficticios, porque la trampa engañosa del 10% de tasa de retorno fue colocada para que lo real sean unos US$1,375 millones en 25 años, a razón de US$55 millones anuales, siempre asumiendo los precios actuales del oro de US$1,600 por onza, pero ahora lo real es que estaríamos pasando de US$1,375 millones a unos US$20,000 millones, siempre que el precio del oro se mantenga alto y el gobierno no se deje engañar voluntariamente aceptando costos operacionales inflados por encima de los US$300 por onza.

Evidentemente que aunque el nuevo acuerdo es bueno, el documento leído por el Gobierno contribuyó a la confusión de quienes no conocen los detalles del contrato vigente, pues el Gobierno ha mezclado cifras y porcentajes ficticios del acuerdo vigente, con cifras estimadas y porcentajes reales del nuevo acuerdo, lo que no ha quedado claro para algunas personas, aunque está bien claro para los entendidos en el tema que han hecho sus propios cálculos eliminando el condicionamiento del 10% de tasa de retorno.

Se critica que no se hace mucho énfasis en los aspectos ambientales, pero eso no es tema a tratar en detalle dentro del contrato, pues es obligación del Ministerio de Ambiente aplicar correctamente la Ley Ambiental 64-00, aunque no aparezca en el contrato.

En resumen, el contrato del año 2001 garantizaba al Estado un 3.2% de RNF, un 25% de ISR y un 25% de PUN, mientras el nuevo acuerdo garantiza un 3.2% de RNF, un 25% de ISR y un 28.75% de PUN, lo que implica que las travesuras engañosas de Barrick le han costado un 3.75% menos de lo que recibiría con el acuerdo del año 2001 y consecuentemente el Gobierno recibirá un 3.75% más de lo que recibiría con el acuerdo del 2001.

Si la Barrick se hubiese imaginado que todo el país se uniría para rechazar su intento de estafar al país con el oro y la plata, jamás hubiese pedido a Leonel modificar el contrato que en el 2005 le compró a la Placer Dome, ya que el gancho de bajar el PUN de 25% a cero, para supuestamente subirlo a 28.75% luego de obtener una tasa de retorno de 10%, le ha salido mal, y ahora, al remover el condicionamiento de la tasa de retorno  tendrá que pagar ese 28.75%, en lugar del 25% acordado en el 2001 con Placer Dome; pero lo que es peor, es que Barrick se ha ganado muy mala fama.



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