El imperio de la ley

El imperio de la ley

El imperio de la ley

Desde distintos ámbitos de instituciones vinculadas al tránsito, así como dependencias de la justicia se definen a favor de posiciones más drásticas ante el caos que vivimos en las calles.

Hasta ahora son muy benignas las sanciones contra los conductores que, muchas veces por imprudencia, ocasionan accidentes de tránsito.

Y en muchos casos, el saldo es la muerte de las personas involucradas o heridos con lesiones graves o permanentes.

No basta con discursos, declaraciones y promesas de que la justicia actuará con mano dura, o que impondrá sanciones más severas a quienes violan las normativas de tránsito si las leyes vigentes no lo permiten.

El discurso que se impone es otro. Primero hay que modificar las leyes, y que las mismas hablen por sí solas. ¿Cómo se haría?

Enviando al Congreso Nacional las leyes que fueren necesarias con la categorización de multas, sanciones y penas de reclusión de acuerdo a la magnitud de las violaciones y daños físicos infringidos a terceros.

De esta forma todos los estamentos de la justicia solo tendrán que aplicar las leyes; y con la aplicación de las mismas vendrá una cultura de mayor cuidado y respeto en las calles. Habrá más prudencia en los conductores, y tendremos menos personas y familias destruidas por un accidente de tránsito.



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