El deporte, el helicóptero

El deporte, el helicóptero

El deporte, el helicóptero

Hugo López Morrobel

El Día del Deporte se celebró ayer con una vistosa ceremonia donde se lanzaron loas al trabajo que se viene realizando.

El punto más sobresaliente radicó en la armonía que existe entre el Comité Olímpico y el Ministerio de Deportes.
Ese es un elemento fundamental para “la convivencia pacífica” entre dos organismos que en los últimos años venían “desgarrándose” .

La tolerancia y la coexistencia pacífica, también tiene sus bemoles.

Se puede cohabitar cuando todos empujan en una misma dirección , pero cuando los intereses son dispares aparentar una unidad ficticia hace más daño que bien.

Si los planes del Ministerio de Deportes y del Comité Olímpico son los mismos, sería la primera vez que se dé este fenómeno.

Mientras tanto, el deporte debe seguir como un punto de importancia vital para las sociedades, por lo que se debe invertir con el debido raciocinio, no por complacer o beneficiar a grupos minúsculos incrustados como lapas.

El Día del Deporte debe ser el inicio para que todos asuman sus deberes con la debida responsabilidad y evitar que el oportunismo siga campeando.

Un país muy especial

Este es un país donde cada cual hace lo que le viene en ganas, sin importar la suerte de los demás.

Solo en República Dominicana se pone en riesgo las vidas de miles de personas, autorizando que un helicóptero aterrice en medio del estadio Cibao, en un encuentro que se proyectaba estaría casi repleto de fanáticos, debido a que jugaban Licey y Águilas, los dos equipos de mayor seguimiento.

No hay explicaciones que valgan, entre ellas las de Winston Chilote Llenas, quien declara que la nave llevaría a varios artistas que actuarían en el estadio, sin embargo, de la misma se desmontaron, casi en medio del terreno, el excéntrico Karim Abu Nabá, tres modelos y un perrito.
¿Qué les parece?

¿Cree usted que esta barbaridad tendrá algún tipo de consecuencia? ¿Cuál es el papel de la Aviación Civil en el país? Como diría Alberto Amengual: “Sea usted el jurado”.



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