El aquí y ahora vs. planes

El aquí y ahora vs. planes

El aquí y ahora vs. planes

Carlos Salcedo.

Los gobiernos ejecutan en mayor o menor dimensión sus planes. La Estrategia Nacional de Desarrollo es un plan de país hasta 2030 y nos da una idea estable, segura y cierta de planes, visión, ejes estratégicos, objetivos y acciones dirigidos a lograr el país próspero que queremos.

En contraste, muchas instituciones públicas padecen de desconfianza ciudadana, además de que cada día más se impone una cultura indiferente con la eternidad, que rechaza lo durable.

La instantaneidad nos está llevando del cambio de lo perdurable por lo inmediato, donde la mayoría de los hábitos aprendidos para enfrentar la vida han perdido su utilidad y sentido (Zydmunt Bauman).

Al hablar de un vínculo entre el colapso de confianza y la decadente voluntad de compromiso político y acción colectiva, Bourdieu considera que la habitabilidad de hacer proyecciones a futuro es la condición indispensable de todo pensamiento ¨transformativo¨.

Esto tiene trascendencia, pues nuestras metas individuales y colectivas suponen retos de todos para la construcción del país de derechos que hemos planificado.

La confianza hace posible los desafíos y estos provocan los cambios que nuestro país necesita. Las transformaciones aún pendientes tienen esa condición porque tienen que ver con una sociedad que cree más en el inmediatismo, en la ganancia instantánea e individual, antes que las futuras y colectivas.

En un mundo en el que el futuro es oscuro y borroso, y muy probablemente peligroso y lleno de riesgos, fijarse objetivos remotos, sacrificar el interés individual para acrecentar el poder grupal y sacrificar el presente en nombre de la dicha futura no resultan una propuesta atractiva ni sensata.

Frente a la precariedad, la inestabilidad y la vulnerabilidad como características de las condiciones de vida contemporáneas deben elevarse nuestras voces y compromisos de seguridad, certidumbre y protección de nuestros planes futuros como nación y como Estado.

Pero, sin dejar de sancionarlos, ya basta de echarles la culpa a los políticos ineptos y corruptos, pues esto ya no ayuda mucho (Bauman).

Esta sociedad requiere de ciudadanos comprometidos y ejecutores de un proyecto de nación que sea responsabilidad de todos, para hacer de esta una sociedad de derechos y no de oportunistas, arribistas y acumuladores de poder y riqueza a costa del bienestar general.



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