El ‘27 de Febrero’: morada haitianos

El ‘27 de Febrero’: morada haitianos

El ‘27 de Febrero’: morada haitianos

Santo Domingo.-Varias viviendas ubicadas en algunas calles del barrio 27 de Febrero, donde el sábado un haitiano fue ultimado por un agente de la Policía, se han convertido en las moradas de decenas de inquilinos del vecino país.

Al circular por la calle 16, próximo a la que Cpedieu Jassonte, de 35 años, fue baleado por el segundo teniente José Manuel Suriel Díaz, se puede observar la acentuada presencia de estos en las aceras, balcones, colmados y frituras.

La mayoría de los haitianos residentes en el lugar son vendedores ambulantes y trabajadores de la construcción, quienes llevan décadas pernoctando allí.

“Somos trabajadores aquí, yo vendo maíz en la calle”, explicó Rony Cherisne, de 24 años, quien llegó al barrio 27 de Febrero en 2005, en busca de mejores condiciones económicas.

En este sector tienen presencia jóvenes, niños y adultos mayores de la vecina nación.

“A veces se arman pleitos entre ellos mismos, pero vivimos juntos aquí”, dijo un colmadero dominicano, quien explicó que el comercio también se nutre de los haitianos.

Por su parte, la Policía Nacional dijo que no tomará ninguna medida preventiva en el sector, donde tras la muerte del nacional haitiano se produjo un enfrentamiento entre los compatriotas del occiso y los agentes policiales que dejó a varias personas heridas, entre ellas una periodista y dos camarógrafos.

La víctima era un vendedor de chicharrones y supuestamente estaba apostando dinero a través de cartas en un callejón junto a otros nacionales de su país cuando fue ultimado en el lugar.

Investigación

Jacobo Mateo Moquete, vocero de la Policía, dijo que si se comprueba que hubo abuso de poder por parte del uniformado “se aplicará lo que dispone la ley”. El oficial actuante está detenido.

Explicó que en el incidente se apresaron 12 personas quienes impedían que el cadáver de Jassonte fuera levantado como protesta para que se haga justicia.

Familiar haitiano ultimado pide justicia por muerte

Un primo de Jassonte pidió ayer a las autoridades que el caso no quede impune, ya que fue la vida de un ser humano la que se perdió.

“Él no era un perro, no era un delincuente, el vendía chicharrón y ahora dejó a cinco niños solos, y también a su esposa, que se dedica a vender en la calle”, expresó Robenson Louis, primo de la víctima.

Calicó el hecho como un abuso, ya que refirió que su pariente estaba desarmado y acorralado en el callejón donde se encontraba, sin embargo, a pesar de esto, el agente no tomó otra medida, como apresarlo.



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