En el barrio 27 de Febrero ocurrieron el sábado pasado dos sucesos de manera simultánea y no puede ignorarse ninguno.

El primero fue que un agente policial mató a una persona que supuestamente cometía una violación a las leyes que prohiben los juegos de azar en lugares no autorizados.

Con los datos recogidos hasta ahora existe la razonable sospecha de un caso de uso excesivo de la fuerza por parte de un agente y hasta posiblemente de corrupción policial.

En ese caso lo procedente es detener al agente actuante, investigarlo, abrirle un proceso y en caso de determinarse que actuó al margen de las leyes y los reglamentos de la Policía Nacional, imponerle las sanciones que correspondan.

El otro suceso que ocurrió de manera simultánea es que un grupo de personas, la mayoría de ellos inmigrantes ilegales haitianos, impidió que la autoridad penetrara al sector para retirar el cuerpo de la persona asesinada y someterlo a la obligatoria autopsia.

En adición actuaron con violencia y atacaron a policías y civiles, incluyendo tres reporteros que resultaron heridos, incluso, uno que recibió una fuerte pedrada en la cabeza.

En esta situación también manda a que las autoridades abran una investigación y que los responsables respondan ante las leyes.
Ignorar los dos sucesos sería dañino para el orden institucional y el respeto a las autoridades.
Sin aspavientos ni sobresaltos, las autoridades tienen que hacer lo que deben hacer en cada caso.