Doña Renée Klang viuda Guzmán murió siendo una Primera Dama querida y respetada por los dominicanos.

Acompañó a su esposo, el extinto Antonio Guzmán Fernández, en una de las gestiones presidenciales más trascendentes para la consolidación de la democracia dominicana.

Asumió su rol con hidalguía y humildad, con dedicación y entusiasmo y, sobre todo, con un gran espíritu de caridad.

Le tocó sufrir la muerte de su hijo Iván en un accidente y el suicidio de su esposo Guzmán. En otras palabras, vivió momentos dolorosos.

Sin embargo, nunca fue una mujer abatida, siempre mantuvo el porte y el entusiasmo de una Primera Dama que proyectaba la ternura que en los momentos de turbulencia requirió el país.

Acogió a la República Dominicana en el corazón, y los dominicanos la acogieron a ella en el alma.

Nació en Venezuela, hija de un francés y una brasileña, pero su corazón se mudó a República Dominicana desde los 15 años y aquí lo dejó hasta el último suspiro.

Plasmó su sensibilidad social en una institución que aún perdura, el Consejo Nacional de la Niñez (Conani).

Su fallecimiento no solo enluta a su hija Sonia Guzmán, y a sus nietos, sino a toda una nación que la admiró y la quiso.

Los dominicanos lloramos la partida de doña Reneé Klang viuda Guzmán.