¿Dolo en Juan Dolio?

Una de las funciones más delicadas de cualquier cabildo es la cuestión de la zonificación y los permisos de uso del suelo.

Conozco casos de ayuntamientos del interior que para autorizar construcciones de servicios públicos, con presupuesto de RD$40 millones, han exigido RD$25 millones para dar permisos, una locura. Empresas de electricidad, telecomunicaciones y urbanizadores conocen bien este drama.

En áreas turísticas también se cuecen habas y hasta piedras que pasan por guandules.

Por ejemplo en Juan Dolio y Guayacanes se construyen actualmente proyectos que misteriosamente obtuvieron autorizaciones municipales y también de los ministerios de Turismo y Medio Ambiente, pese a violentar flagrantemente normativas vigentes sobre linderos, franja marítima, altura, densidad y tipo de construcción.

Aparte de agredir el medioambiente, esta descarada vulneración de los derechos de residentes e inversionistas previos debilita el Estado de derecho, fomenta la impunidad, trasunta corrupción y daña el prestigio del Poder Ejecutivo, cuya confianza traicionan quienes transgreden los límites de su autoridad. Ojalá basten las denuncias para corregir el daño. ¡Cuánta vagabundería! ¿Se creen invisibles?

José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.