Discurso del presidente del Senado ante la Asamblea Nacional

Discurso del presidente del Senado ante la Asamblea Nacional

<P>Discurso del presidente del Senado ante la Asamblea Nacional</P>

Santo Domingo.-Discurso del presidente del Senado de la República, Reinaldo Pared Pérez, ante la Asamblea Nacional para la juramentación del nuevo presidente de la República Dominicana Danilo Medina Sánchez. 

 

 

CONGRESO NACIONAL

 

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DR. REINALDO PARED PEREZ,

PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL,

CON MOTIVO DE LA JURAMENTACION DEL

LIC. DANILO MEDINA SANCHEZ Y DE LA

DRA. MARGARITA CEDEÑO DE FERNANDEZ

COMO PRESIDENTE Y VICEPRESIDENTE DE

LA REPUBLICA, PARA EL PERIODO CONSTITUCIONAL

2012-2016

 

Santo Domingo, D. N.

16 de agosto del 2012.-

Excelentísimo Señor Presidente Constitucional de la República, 

Dr. Leonel Fernández Reyna

 

Excelentísimo Señor

Vicepresidente Constitucional de la República,

Dr. Rafael Alburquerque De Castro

 

Excelentísimo Señor

Presidente electo,

Lic. Danilo Medina Sánchez

 

Distinguida Primera Dama de la República,

y Excelentísima Vicepresidente electa,

Dra. Margarita Cedeño de Fernández

 

Doña

Cándida Montilla de Medina

 

Honorable Señor

Presidente de la Cámara de Diputados

y Vicepresidente de la Asamblea Nacional,

Lic. Abel Martínez Durán

 

Excelentísimos Señores

Jefes de Estados y de Gobiernos

 

Su Alteza Real,

El Príncipe de Asturias

Don Felipe de Borbón y Grecia

 

Su Eminencia Reverendísima,

Arzobispo Luigi Bianco, Enviado

en Misión Especial de Su Santidad

Benedicto XVI

 

Su Eminencia Reverendísima

Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez,

Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y

Presidente de la Conferencia del

Episcopado Dominicano

 

 

Su Eminencia Reverendísima,

Josef Wesolowski,

Nuncio Apostólico de Su Santidad

Benedicto XVI y Decano del

Cuerpo Diplomático

 

Señores Miembros del Cuerpo

Diplomático, Consular y de los

Organismos Internacionales

acreditados en el país

 

Excelentísimos Señores Jefes de

Misiones Especiales y de

Organismos Internacionales

 

Honorable Señor Presidente

de la Suprema Corte de Justicia,

Dr. Mariano Germán Mejía y demás

Jueces de dicho Tribunal

 

Honorable Señor Presidente

del Tribunal Constitucional,

Dr. Milton Ray Guevara y demás

Jueces de ese Tribunal

 

Honorables Señores Secretarios y

Secretarias de la Asamblea Nacional

 

Honorables Asambleístas

 

Honorable Señor Presidente

de la Junta Central Electoral,

Dr. Roberto Rosario Márquez y

demás Miembros

 

Honorable Señor Presidente

Del Tribunal Superior Electoral,

Lic. Mariano Rodríguez y

demás Jueces

 

Honorable Señora Presidente de la

Cámara de Cuentas de la República

Dominicana, Dra. Licelot Marte de Barrios

y demás integrantes

 

Autoridades Civiles y Militares

 

Invitados Especiales

 

Señoras y Señores

 

Pueblo Dominicano:

 

En días pasados terminé la lectura de un curioso e interesante trabajo del Lic. Miguel de Camps Jiménez, sobre la canción de la patria, es decir, de nuestro Himno, que lleva por título “Para comprender mejor el HIMNO NACIONAL DOMINICANO”.

 

En él narra el autor, que la primera vez que fue interpretado nuestro Himno Nacional, ocurrió en una velada celebrada en los salones del local de la Logia Esperanza, ubicado en la calle Mercedes No. 4, de esta ciudad, la noche del 17 de agosto del año 1883, es decir, harán mañana 129 años de ese evento, y el motivo de la misma era, el cumplimiento del vigésimo año de la Guerra de la Restauración de la República y cuyo aniversario celebramos hoy.

En esa velada a la que hicimos referencia en el párrafo que antecede, hizo uso de la palabra, para  reverenciar y exaltar la histórica hazaña de Los Restauradores, el escritor y periodista José Joaquín Pérez y fíjense, honorables concurrentes en este augusto Salón de la Asamblea Nacional en el día de hoy, la hermosura y brillantez de lo dicho esa noche por el referido orador y que guarda cierta similitud con los actuales momentos que vive el país:

“Ojalá siempre hubiera podido la patria saludar como ahora, con la sonrisa de la esperanza e iluminada por los albores de la paz el día clásico y memorable de su rehabilitación política y social! Ojalá siempre aquel  batallar de titanes y aquella angustia de los terribles días de nuestra servidumbre impuesta, hubiesen tenido como recompensa la celebración de estos actos, en que se hace la apoteosis de la libertad sobre las ruinas de un poder usurpador; en que la idea irradia en la conciencia, y es arma de combate el derecho, y escudo de defensa la justicia y grito de victoria el himno del progreso, cantado por el trabajo en campos fértiles!”

Concluidas esas hermosas expresiones del señor José Joaquín Pérez en la indicada velada, le dio paso al señor Juan Tomás Mejía, quien se desempeñaba en un cargo parecido a lo que es hoy el titular del Ministerio de Educación, destacando igualmente el rol protagónico desempeñado por Los Restauradores, al cumplirse, repetimos, en ese momento, los veinte años de esa gesta.

 

“Oh 16 de agosto! Tú fuiste el principio de una lucha la más admirable que registran los siglos. Admirable por la desproporción de fuerzas entre el atrevido retador y su invencible contrario. Admirable por las hazañas de legendarios semidioses a que diste origen. Admirable por el inmortal ejemplo de la heroica Santiago, de esa nueva Zaragoza que quiso más bien ser presa de las llamas que seguir uncida a la coyunda. Admirable por haber asombrado a la misma España y convencida de que fue engañada cuando se le significó como espontánea la abdicación de la soberanía de ese mismo pueblo batallador”.

Cuánta grandeza y patriotismo de esos nobles y ejemplares dominicanos! Loor y Veneración, eterna y perenne, a todos Los Restauradores, encabezados por su espada victoriosa en las manos del inmortal Gregorio Luperón, que en un día como el de hoy levantaron por todo lo alto la soberanía de la patria de Duarte, Sánchez y Mella!

 

Honorables asambleístas, invitados especiales, público en general, cada cuatro años en un día como el de hoy, se impone la consumación de los actos que se están efectuando en este momento y en este lugar, puesto que,  de conformidad con el numeral 3ro., del artículo 120 de nuestra ley de leyes, se establece como atribución de la Asamblea Nacional entre otras, la de “Proclamar a la o al Presidente y Vicepresidente de la República, recibirles su juramento y aceptar o rechazar sus renuncias”.

 

Como podrá observarse según se desprende de la lectura del señalado texto constitucional, entre las varias facultades que se le reconoce en ese numeral 3ro., hoy solo correspondería a la Asamblea Nacional, la de recibirle el juramento a los señores Danilo Medina Sánchez y Margarita Cedeño de Fernández como Presidente y Vicepresidente de la República respectivamente, a lo cual procederemos en breves instantes al tenor de la fórmula prevista en el artículo 127 de la indicada Constitución.

 

Hoy, 16 de agosto del año 2012, celebramos y conmemoramos el 149 aniversario de la Guerra de la Restauración, pero a partir de hoy, también, nuevos incumbentes encabezarán al Poder Ejecutivo del Estado Dominicano, toda vez que finaliza el periodo 2008-2012, para el cual fueron electos los señores Leonel Fernández Reyna y Rafael Alburquerque De Castro.

 

Pero el día de hoy tiene una significación muy notable y trascendente para la democracia en la República Dominicana. Ello así, porque después de restaurado el régimen democrático en nuestro país hará cuestión de casi cincuenta años, esta es la primera vez en ese período de tiempo, que se lleva a cabo una transmisión del mandato presidencial entre dos altos dirigentes de un mismo partido político, elegidos constitucionalmente para esa posición, pero con la agradable y positiva novedad, óigase bien, con la agradable y positiva novedad, que la misma viene completamente libre de todo tipo de trauma, diferencia o conflicto alguno a lo interno de la organización partidaria que los sustente y de que la indicada transmisión de mando, se produce del Presidente de una organización política a otro alto e importante dirigente de esa misma institución, en este caso del Partido de la Liberación Dominicana.

 

Es por ello que, Maestro, Grande entre los Grandes, Paradigma inigualable, Modelo excepcional, o lo que es lo mismo, Profesor Juan Bosch, debes sentirte muy regocijado y henchido de orgullo; observando extasiado la maravillosa cosecha de tu siembra; emocionado hasta la sin razón ahí donde descansas en el Salón de los Inmortales y ver cómo dos de tus más aventajados y excepcionales discípulos Leonel Fernández y Danilo Medina, se intercambiarán en breves instantes, la banda presidencial de tu amada y querida patria, la República Dominicana.

Presidente Fernández dentro de pocos minutos usted cederá la presidencia del país al Lic. Danilo Medina y la verdad sea dicha: La valoración de su gestión por parte de la población que usted deja tras su paso por tan alto cargo, no tiene precedentes, referente, antecedente, ni parangón en nuestro país.  Lo aquí señalado queda robustecido y confirmado, por un estudio de opinión dado a conocer en esta misma semana a los medios de comunicación, que da cuenta que el porcentaje de evaluación positiva de su mandato en los actuales momentos, ronda el 70% de aprobación.

Y no podía ser de otra manera. Su obra está ahí. Su impronta también. Su sello por doquier. En lo físico y en lo institucional. En infraestructuras y en  lo legal. Construcciones de todo tipo y de toda naturaleza en todo el territorio nacional, coronadas por el Metro de Santo Domingo. Una verdadera y extraordinaria transformación de todo el andamiaje legal de la nación, jamás vista en la historia republicana contemporánea, teniendo como elemento cumbre la moderna y avanzada Constitución del 2010.

Pero, además, voy a reiterar un testimonio ofrecido en este mismo escenario el 27 de febrero del presente año y que constituye otra faceta de su gran legado. Durante su mandato por dos períodos constitucionales seguidos como Presidente de la República y en su relación e interacción con el Poder Legislativo, jamás, óigase bien, jamás, ni directa ni indirectamente, ni voluntaria ni involuntariamente, sentimos ni apreciamos una conducta, de tratar de imponer un criterio o posición sobre un tema o iniciativa en particular. Todo lo contrario. Siempre observó; siempre respetó y consideró, la independencia, el decoro y la solemnidad de este Poder del Estado. Gracias Señor Presidente por ese proceder.

 

Lic. Danilo Medina, al término de estas palabras que hemos venido pronunciando en este solemne Salón de la Asamblea Nacional y ante este digno y prestante auditorio, procederemos a tomarle el juramento como el próximo Presidente de la República Dominicana, para el período  16 de agosto 2012 – 16 de agosto 2016.

 

Su instalación como primer mandatario de la nación, guarda una expectación inusitada en el seno de la sociedad, tal y como queda evidenciado por el sondeo que citamos precedentemente, cuya ponderación en esa dirección se sitúa en un 69%. Las esperanzas, el aliento y el optimismo despertados por usted, rayan en lo asombroso. Y no era para menos. Su oferta programática y su discurso bien elaborado, bien depurado y bien terminado durante todo el transcurso de la campaña electoral de este año, son las consecuencias de ello.

Felizmente, su elección para dirigir la nación no pudo ser más acertada. Usted reúne condiciones excepcionales para dirigir un país, en especial la República Dominicana. Sobriedad, capacidad, experiencia de estado, prudencia, discreción, confianza, honestidad y ecuanimidad, son cualidades indispensables para un Jefe de Estado y usted las tiene.

Pero, además, es un hombre de ideas claras, precisas, bien pensadas; donde la improvisación no cuenta y mucho menos la chabacanería; en fin, con usted en la dirección del Estado, el salto al vacío es impensable por no decir imposible,  por cuyos motivos y partiendo de esos elementos, el relevo a que usted se dispone acometer desde el día de hoy, está garantizado por el éxito rotundo, lo que redundará en provecho de nuestra nación.

Es por ello que con usted Lic. Medina siendo Presidente de la República, el país seguirá ascendiendo nuevos peldaños en el proceso de consolidación institucional y de democracia social. Su propuesta fue suficientemente difundida durante el proceso eleccionario como sustentamos precedentemente y es un convencido de que la economía que funciona y empuja a los pueblos hacia el progreso, es la que se fundamenta en políticas fiscales responsables y la que se esfuerza en disminuir la desigualdad y reducir la pobreza.

En esta gran empresa que inicia hoy, como es la conducción del Estado Dominicano, aférrese a Dios que él no le abandonará si así lo hace; él le sabrá aportar la fortaleza necesaria y la sabiduría indispensable, para afrontar los grandes retos y desafíos que les aguardan; cuente con la actitud responsable y por demás sensata, de la actual membresía del Congreso Nacional, para compartir los compromisos y obligaciones que haya que asumir y poder ayudarle a continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se ha hecho, en el entendido de que ahora con usted dirigiendo la República Dominicana, e palante que vamo!!

¡Qué Dios le ilumine y le bendiga!

¡VIVA LA ESPADA INMORTAL DEL GRAL. GREGORIO LUPERON!

 

¡VIVAN LOS RESTAURADORES!

 

¡VIVA LA REPUBLICA DOMINICANA!

Muchas Gracias.

Santo Domingo, D. N.

16 de agosto de 2012.-

 



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