Dios es el Señor de los tiempos, es necesario conocerlos

Mayra de Peña

Cuando pienso en la creación, a propósito de haberse estado celebrando recientemente el ¨Día de la Tierra¨, y de lo hermoso de la naturaleza, me lleno de gozo y es que al pensar en ella,  indefectiblemente mi espíritu se nutre de la unción de Dios y es tal mi sentir, que no puedo callar y pienso que  tenemos que dar voces de júbilo porque estamos conectados al que existe antes de la fundación del mundo, y es que precisamente, Él lo creó.

¡Cuántos inciertos a nuestro entender nos rodean como naturaleza humana!, pero definitivamente somos una máquina demasiado inteligente y perfecta para venir de la nada. Mientras más viajo y conozco otras culturas puedo evidenciar que nunca podrán clonarnos, pues este ser especial llamado hombre tiene un sello espiritual único e irrepetible creado por un Dios perfecto, omnisciente, omnipresente y omnipotente, y lo mejor es, que siendo tan grande, no necesitamos pasar por guardaespaldas ni séquitos para llegar a Él, pues está a la distancia de nuestra decisión de reconocerle como nuestro Dios.

Son muchos los datos con los que el mismo Dios certifica su existencia y de que no estaba solo. En el Génesis capítulo 1, cuando fue creando este universo, en cada uno de los pasos de la creación su palabra fue acción personalizada, pero cuando se refiere a la creación del hombre dice ¨Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…nosotros hemos sido la máxima obra de arte de su creación, es tanta la valoración ante sus ojos que tenemos, que envió a su hijo Jesús a rescatarnos espiritualmente de nuestra naturaleza caída para que podamos gozar con él de esa gloria eterna que nos había preparado desde antes de la fundación de este mundo.

En muchas ocasiones Jesús se refirió al cielo…no se lo contaron, él estaba ahí, hablaba de lo que había vivido. Juan 6:51 Jesús afirma ¨Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre . El vino a salvarnos a todos, pero solo los que le creen a cristo tendrán la salvación y estarán donde él esta, por tanto tu y yo somos los que decidimos si queremos estar en la presencia de Dios. Es el verbo que se hizo hombre, porque antes de hacerse hombre él era.

Cuando cristo ora al padre la noche antes de ser entregado a morir en la cruz,  dijo ¨Ahora glorificame tu Padre junto a ti con la gloria que tenía contigo antes de la fundación del mundo.  Padre quiero que los que me has dado estén también donde yo estoy, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado antes de la fundación del mundo¨. No se lo contaron, él estaba ahí, hablaba de lo que había vivido.

No perdamos la perspectiva, ni nos dejemos aplastar por el pecado originado en el Edén iniciado por Satanás, pues Cristo lo venció en la cruz. Nuestro redentor pagó un precio muy alto, por tanto  la vida y la conducta del hombre puede ser transformada a través de Jesucristo. Es mentira del diablo el hacernos sentir derrotados en torno a que la conducta de pecado del hombre no tiene solución y por eso es que el mundo está de mal en peor, nunca olvidemos que la misma Palabra dice que en este tiempo abunda el pecado pero sobreabunda la gracia, Cristo ha vencido al pecado.

Damos gracias a Dios porque no somos producto de la evolución, sino de la creación. No fuimos creado para quedarnos en la tierra, fuimos creados para ser invitados a participar del reino de los cielos… solo tenemos que recibirlo y aceptarlo, pues el Reino esta establecido.

Un abrazo

Mayra De Peña

Lic. en Contabilidad, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduada de Periodista, en el Instituto Dominicano de Periodismo (IDP). Locutora, con un Diplomado en Comercio Exterior, y Diplomado en Política Estratégica. He desempeñado diversas funciones dentro del sector Privado y Gubernamental. Hija de Dios y amante de la naturaleza. Creo en vivir a plenitud de manera equilibrada y en lo significativo de quererse y valorarse como individuo. Soy una feliz madre de tres hermosas hijas, creo en el matrimonio, en la institución familiar y en la importancia de predicar con el ejemplo. Amo escribir y con ello transmitir mi sentir y sobre todo tengo en alto estima alimentar el espíritu, pues de él mana la vida.