Denunciar es bueno, tarea para políticos de oposición. Pero ciertas actitudes de inexpertos termocefálicos explican la pobreza electoral del PRM.

Por ejemplo, la temeraria acusación de un canchanchán de empresarios agropecuarios perremeístas contra el ministro Administrativo, José Ramón Peralta, de que este dizque manipula o se beneficia de las subastas de cuotas de importación de habichuelas y otros rubros. Si fuera así, ¡probarlo sería fácil! Mas Osmar Benítez, presidente de la Junta Agro-empresarial Dominicana (JAD), donde ocurren las subastas, dijo del denunciante:

“Ese bachiller que pase por mi oficina con un cuaderno para enseñarle cosas que él desconoce, porque no entiende qué son subastas agropecuarias en bolsas.

Él no sabe qué es…”. Otro desaguisado es la rabieta perremeísta en el Consejo de la Magistratura al contrariar que el consultor jurídico del Poder Ejecutivo, su anfitrión palaciego, fungiese de vocero tras una reunión de trabajo.

¿Qué diablos importa que Flavio Darío Espinal, decente y caballeroso, cumpliera protocolarmente con informar a la prensa? Estas actitudes retratan el ánimo y talante de ciertos perremeístas.