El presidente de la Asociación de Industrias, Campos de Moya, anunció esta semana que su gremio propondrá modificar el marco legal sobre zonas francas para facilitar que al menos mil empresas locales puedan vincularse a estas para aprovechar esas posibilidades de negocios.

Refirió que las importaciones de zonas francas son por valor de alrededor de US$4,000 millones, por lo que los encadenamientos productivos sugeridos podrían tener enorme impacto positivo en nuestra economía.

Esta visión de política industrial moderna –como la adoptada por países cuyo desarrollo admiramos— requiere “competitividad en un entorno de mercado abierto, la productividad basada en la innovación, y la internacionalización de las empresas” –dijo— para que “como industriales, seamos capaces de crecer, competir, generar empleos de mayor valor agregado y fortalecer el mercado interno y conquistar nuevos mercados”.

Quiera Dios que los industriales y el gobierno puedan consensuar cómo pasar de palabras e ideas a realidades, puesto que el sector manufacturero requiere atención para fortalecerlo igual al turismo o la minería. La propuesta de la AIRD merece apoyo.