Proponer teorías sobre conspiraciones mediáticas para variar la opinión pública es una manía recurrente de la oposición y sus áulicos.

La mas reciente la motiva el chapucero tratamiento periodístico dado por un diario a las declaraciones de un reo tenido por loco por su propio padre, atribuyendo al tráfico de órganos la desaparición de una niña.

Es alucinante esta manera de discutir los temas noticiosos o de interés público, con radiografías sobre motivos dizque ocultos cuando basta ver lo que simple y sencillamente es periodismo malísimo.

Articulistas de la oposición acusan al funcionario Ramón Tejada Holguín de inventar el falso escándalo dizque para distraer la atención de noticias como la investigación judicial por los Tucano.

Aunque el director de la Diape juiciosamente dijo que “la estulticia y necedad no merecen respuestas”, es realmente penoso un debate tan pobre porque ¿acaso ha surtido efecto el alegado propósito?

¿Puede cualquier tema periodístico borrar una investigación judicial?

Tan provinciano enfoque desprestigia al periodismo criollo; confirma el talante indigno de periodistas banales. ¡Cuántos “fouls” impunes!