Mis amigos y colegas Miguel Guerrero y César Medina, en apariencia “re-amistados” felizmente tras recientes discrepancias, se han ocupado en los últimos días de un tema candente aun si la prensa lo ignorara: las perspectivas de un retorno a la presidencia de Leonel Fernández.

Miguel expresa que la posibilidad le parece “aterradora”, licencia poética ó hipérbole periodística pues sus amigos sabemos cuán valeroso es. Miguel admite que Leonel es “uno de los líderes políticos más inteligentes y preparados que hemos tenido en el último medio siglo”.

Pero cree que una cuarta presidencia suya significaría “el ejercicio sin límites del poder” y que ello dañaría la democracia y debilitaría nuestras instituciones y estado de derecho.

Sin desmedro de mi cariño, respeto y admiración por Miguel, para mi un periodista paradigmático y excelente persona, lo que me luce aterrador es que cualquier ciudadano facultado legalmente para optar por una candidatura sea descalificado a priori sin considerar cuáles serían sus adversarios o candidatos contrarios. ¿No es la democracia una contienda para escoger al mejor?