El Centro Pulitzer, ONG estadounidense, publicó el viernes un extenso artículo con el paradójico título “Haitianos en República Dominicana deportados de su propio país”.

Explicar el fallido oxímoron sería menospreciar la inteligencia del lector. La pieza periodística cita los habituales sospechosos como Junot Díaz pero también a Vinicito Castillo; parte del equívoco jurídico de que en nuestro país impera el “Jus Solis”.

Dado ese error fundamental y el consiguiente absurdo de que muchos haitianos crean que República Dominicana es “su propio país”, no asombra que Wally, al descalificar a sus críticos englobándolos todos como “odiadores” u homofóbicos, incluya entre quienes rechazan su desempeño diplomático a los dominicanos que apoyamos la política actual para regularizar el estatus de los inmigrantes ilegales y sus descendientes.

Quizás Wally deba oír al general de cuatro estrellas John Kelly, jefe del Comando Sur gringo, según quien los dominicanos hemos sobrepasado nuestra capacidad solidaria y ya “no soportamos” más inmigrantes haitianos. Repito: la vaina de Wally no es su homosexualidad sino su incapacidad para comprender asuntos dominicanos.