La reelección del presidente Medina parece tan claramente ser un “clavo pasao” que en esa certeza radica su mayor debilidad.

Muchos de quienes administran los procesos políticos de la reelección, faltando apenas tres meses para el momento de la verdad, dan por descontado que –a juzgar por los datos de las más recientes encuestas— no será nada difícil asegurar una victoria en la primera vuelta.

Pero esas erradas auto-suficiencia y vanidad política pueden resultar muy perjudiciales.

En tres meses pueden magullarse afectos, lastimarse amistades y resentirse intereses, especialmente si obnubilados por creerse triunfantes, se aflojan ciertas tuercas y se desengrasa la maquinaria…

Del tiempo, esfuerzo y dinero dedicados a la reelección, ¿cuánto llega realmente donde mejores resultados pueden esperarse? ¿Por qué pese al triunfalismo para consumo mediático hay tantos truños callados y boquitas torcidas entre los simpatizantes de Danilo, dentro y fuera del PLD?

Esas disconformidades, quizás por la voracidad clientelista, pueden crecer como bola de nieve y dañar más al presidente Medina que todas las diabluras que perpetren los opositores.