Los ingleses merecen admiración de pueblos que desean ciudadanos que disfruten sus derechos y cumplan sus deberes tan regularmente como los del Reino Unido.

Ulises Espaillat, golpista considerado paradigma cívico del liberalismo dominicano del siglo XIX pese a que como farmacéutico sus intereses e ideas eran conservadores y paternalistas, decía: “¡Los ingleses! ¡Qué gente! ¡Buena carne, buenas leyes! Todo se lo han tomado para sí…”.

De Inglaterra me llega la definición del neologismo “ineptocracia”: “Un sistema de gobierno en que los menos capacitados son elegidos para gobernar por aquellos menos capaces de producir riqueza y en el que aquellos ciudadanos menos dispuestos de sostenerse por sí mismos o alcanzar el éxito trabajando, son recompensados con bienes y servicios pagados con recursos confiscados del patrimonio del decreciente grupo de productores”.

¡Líbrenos Dios de semejante cacatopia! Apenas seis meses y medio antes de las elecciones, deberemos atender con atención y juicio a cada político; especialmente quienes creen que ninguno representa exactamente lo anhelado. Siempre habrá uno peor. ¿Quién salta de la sartén al fuego?