Procopio fue el historiador oficial del emperador bizantino Justiniano, quien reinó durante tres décadas del siglo VI. Según Procopio, Justiniano fue benévolo y magnífico; sus triunfos en la guerra y esfuerzos en la paz significaron la mayor gloria de Bizancio, cuya máxima amplitud logró Justiniano.
Pero siglos tras fallecer Procopio (500-565), sus dos principales obras, “Guerras de Justiniano” (en ocho volúmenes) y “Edificios de Justiniano”, quedaron expuestas como propaganda. Otra obra suya fue descubierta: la “Historia Secreta” o “Anécdotas” (que en griego, lengua usada en Bizancio en lugar del latín, significa literalmente “no publicado”).
Allí, Procopio contradice sus obras previas en que no incluyó detalles escandalosos ni versiones distintas a la “verdad oficial”.
A partir de Procopio, considerado el último historiador clásico, la mayoría de los historiadores cuestiona o duda cualquier relato fundamentado en opiniones o escrito por políticos. (¡Excepto aquí con José Gabriel García!).