Acción Empresarial por la Educación (Educa), al celebrar su vigesimoquinto aniversario, ha ofrecido reflexiones y propuestas acerca de la instrucción básica en el país. Hay siete causas del frustrante sistema que padecemos.
Estas son que el Estado no contrata buenos maestros (excepciones rarísimas aparte); que hay bachilleres que a duras penas leen (analfabetas funcionales), ni entienden de ciencias y menos de matemáticas; que en los años pre-escolares los niños más pobres carecen de estímulos educativos; que los contenidos o currículos están divorciados de las competencias requeridas por los empleadores; que las metodologías son anticuadas; que la concentración de decisiones en el Ministerio produce resultados adversos; que como paradoja ante lo anterior, hay demasiadas instituciones oficiales envueltas en la educación. Esto en cuanto a diagnóstico me parece magnífico.
Las sugestiones son igualmente buenas, pero me recuerdan que uno no puede hacer lo mismo esperando resultados distintos. Insistir en ello es una locura.