Democracia inclusiva y los discapacitados

Democracia inclusiva y los discapacitados

Democracia inclusiva y los discapacitados

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial  divulgado a mediados del 2011 afirma que, “más de mil millones de personas en el mundo viven con algún tipo de discapacidad”.  Este informe indica que en la proyección de la población actual, poco más de uno por cada siete habitantes del planeta, está viviendo con un tipo de limitación físico motriz. La población del globo terráqueo es de aproximadamente, siete mil millones.

El estudio plantea que las limitaciones y dificultades de movilidad “en los años futuros serán de preocupación mayor”, que irá en aumento y que “en países como la República Dominicana la población con discapacidad sería de alrededor del 15%”del universo global. Haciendo un redondeo y partiendo de que tenemos en nuestro suelo unos diez millones de habitantes, hablaríamos de una población aproximada de un millón y medio de personas con discapacidad física.

Nuestro país es signatario de la Convención de las Naciones Unidas  sobre el derecho de las personas con discapacidad y el protocolo adicional firmado el 30 de marzo del año 2007.

El rayo de oscuridad que interrumpe la iluminación a los políticos dominicanos, les dificulta ver esta realidad, tal vez porque sintiéndose aludidos, por una discapacidad perceptible, pero poco visible, no quieren evidenciarse. La mayoría de nuestros políticos tienen algún (como dicen los gringos), hándicap grave, porque es mental. ¿Será esa una de las razones por la que no se ponen de acuerdo a lo interno los partidos políticos? ¡Por eso  hay tantos!

Nuestros políticos, los que pueden mínimamente hilvanar dos ideas, se declaran sabios, disfrutan su narcisismo frente al espejo, echándose párrafos de auto alabanza o escuchando su propio eco.

Cuando uno de esos creídos, que se siente poseedor de la formula de sabios afirma “no voy a debatir porque mis contrincantes no pueden conceptualizar”(versión mía) tiene razón, pero no puede tomarse como descubrimiento sino como denuncia, a lo que afortunadamente para la clase política, no se le da seguimiento, imaginemos, un fiscal o un defensor del pueblo adjunto, encargado de perseguir y declarar a políticos incapaces o interdictos para ejercer funciones en nombre del pueblo, el cambio fuera real, ya estuviéramos realmente en la ruta del desarrollo y en la antesala de mejores augurios para todos.

No nos acostumbremos a las poses, miremos qué hay detrás del cortinario. Decía mi abuela; “el bien vestido es jefe del mal vestido y el informado de los ignorantes”. En la intelectualidad también hay pasarelas, aprende el truco y serás admirado. ¡Ah joder! Pendejadas de nuestra democracia excluyente. No te lleves de la apariencia, muchos políticos son como los tinacos en la ferretería; no tienen nada dentro.

La discapacidad físico motora cruza transversalmente toda la sociedad. ¿Por qué si es padecida por el 15% de los dominicanos, recibe tan poca atención de la clase política?  Tal es  la gravedad  y el descuido que aparenta haber saña de exclusión social y económica, y de discriminación en casi todos los aspectos de la vida, del importante conglomerado humano, que representan las personas con limitaciones físico motriz.

Es hora de mirar hacia atrás, de corregir entuertos y de avanzar en la búsqueda del Estado de bienestar, que rompamos el círculo vicioso entre pobreza y discapacidad; “la pobreza genera discapacidad y la discapacidad produce pobreza”.

La democracia debe ser el centro regenerador de la inclusión y la participación, la discriminación y la exclusión son una afrenta moral, pues como afirma Sartori “construir la democracia nos ha llevado casi dos mil años.  Intentemos no perderla”. Debemos cubrir sus debilidades cada día y estar claro que, el mejor ataque a la democracia es defenderla.



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