Mal comienzo de año exhibe la Policía Nacional al asumir una posición de defensa de su departamento antinarcótico conocido por sus siglas como el Dican.

Como es sabido, se trata de una división de la Policía especializada en el área de la lucha contra el microtráfico, independiente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), otro organismo estatal que también persigue el tráfico de sustancias prohibidas.

Aparte de que es una duplicidad innecesaria y entorpecedora la existencia de diferentes estamentos para realizar la misma función, en la práctica la misma solo ha servido para fomentar celos y encubrir irregularidades.

El más reciente escándalo, que debería llenarnos de vergüenza a todos los dominicanos, ha sido la desaparición en el Dican de un mayúsculo cargamento de drogas valorado en varios millones de pesos, atribuida a los jefes responsables de su guarda.

Se dice que el caso se investiga, pero la población desconfía, en base a experiencias anteriores que no han arrojado ningún resultado.

En el caso del Dican se han levantado voces autorizadas pidiendo al Poder Ejecutivo la clausura de dicho departamento, a las cuales les ha salido al encuentro el Jefe de la Policía Nacional, con el débil argumento de que en otras dependencias oficiales también han ocurrido irregularidades.

En otras palabras: si otros han incurrido en faltas censurables y no ha pasado nada, nosotros también podemos.
EL DÍA se suma al clamor para que se cierre esa turbia válvula de escape.