De teorías estamos hastiados

De teorías estamos hastiados

De teorías estamos hastiados

Aquí todos conocen, desde hace tiempo, el dicho popular de que “el dominicano pone candado después que le roban”, lo cual es una especie de retrato fiel de que estamos faltos de programarnos y planificar ante posibles amenazas, las cuales, lamentablemente, están al asecho permanente.

Empero, no es un secreto que hechos lamentables que ocurren desde hace tiempo solo se dan a la publicidad cuando afectan a figuras o grupos políticos y económicos, porque nadie puede negar que todos los días aquí se afectan los derechos fundamentales de millones de descamisados sin que nadie se entere.

Aunque no lo quiera ver así, es una especie de complicidad, de silencio culposo, donde todo pasa sin ninguna consecuencia, reitero, hasta que no afecta intereses que tienen poder y voz para denunciarlos.

El golpeo a los sectores más débiles ha sido sistemático, y como ejemplo tenemos a dueños de equipos del béisbol que siempre han visto a los comunicadores, en término general, pero más a los que laboran para sus empresas, como verdaderas “mojigangas”, que deben estar postrados y sometidos a sus intereses sin chistar, sin emitir la más mínima protesta, aunque reciban golpes.

Ahora se han puesto de moda las quejas de violación de los derechos, pero si el Tribunal Constitucional dirimiera todos los casos que a diario se producen en nuestra sociedad tendría que laborar, sin interrupción, las 24 horas y los 365 días del año, y ni así le diera el tiempo.

Este país está plagado de “teóricos y quiroprácticos”, que salen a la luz como maniquíes en los mostradores de tiendas, pero nunca han contribuido en absoluto a resolver un solo problema fundamental de la sociedad.



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