De los partidos y la política

De los partidos y la política

De los partidos y la política

¿Qué impide que las nuevas organizaciones políticas que surjan de este presente no sean la vergüenza del futuro?, ¿Dónde está la llave que abre la puerta de la transformación, del gran salto cualitativo?, ¿Dónde se rompe este ciclo repetitivo de caudillismo, unipartidismo, reeleccionismo y corrupción?, ¿Acaso hay algo verdaderamente nuevo, o todo lo que en este presente se viste de novedad se limita a repetir la fórmula del individuo único que hace la diferencia?.

Los dominicanos de hoy tenemos una oportunidad de excepción para responder de forma tangible y  perdurable a todas estas preguntas, tenemos en nuestras manos la posibilidad de llegar a la raíz de lo que nos recolocó nueva vez de rodillas frente a la corrupción, al robo de las libertades ciudadanas, al robo de los derechos humanos y este infinito paso a la democracia plena.

La excepción de la oportunidad la define la desesperanza, nuestros gastados modelos de partidos políticos, la decepción profunda que han resultado ser los partidos de los líderes de la masas de otros tiempos, traen consigo la indudable necesidad de comenzar de cero en un ejercicio 360 grados, nos retan a ser creativos, a identificar referentes propios y cruzarlos con referencias de otros pueblos y  repensarlo todo: partidos políticos , instituciones gubernamentales , ejercicio de la soberanía del pueblo, sistema de valores, cultura, modelo de desarrollo empresarial y un largo etcétera.

Este nuevo comienzo ya no viene de los dominicanos de abril del 65, los dominicanos de hoy respondemos a otros criterios,  vivimos en otra casa: menos nacionalistas y más universales, menos preocupados por el poder y más centrados en la libertad individual de ser , significativamente menos políticos y sensiblemente más humanos, indiscutiblemente democráticos del nuevo momento, aunque este nuevo momento no sea reconocido por ninguna de las estructuras de poder y ahí la raíz de un gran desfase, ahí lo fallido.

A los llamados a materializar el próximo paso de la Patria de Duarte  nos queda el estudiar y comprender la dinámica de nuestra historia; no las fechas y los nombres que son indiscutiblemente estáticos, el llamado es a identificar la dinámica de los ciclos: dónde y cómo se repiten los hechos, cuál es el sentido esencial de la dinámica de los mismos y dónde finalmente ponemos la intención que nos permitirá levantar los pies.

No creo que exista una sola organización política que pueda dar este resultado al país, este nivel de equilibrio en el enfoque no se logra cuando el propósito es el poder. Mi opinión es que esto surge desde el pueblo y para el pueblo, defendiendo nuestro derecho de vivir en armonía, libertad y democracia obligando desde nuestra articulación al resto de participantes  a ajustarse en una dinámica distinta.



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