De Acroarte he aprendido que tiene miembros leales

De Acroarte he aprendido que tiene miembros leales

De Acroarte he aprendido que tiene miembros leales

Cristina Liriano

Estando del otro lado de las asambleas en Acroarte, siempre anotando las opiniones de los cronistas de arte por mi condición de Secretaria General de la entidad, he aprendido mucho.

No solo he tenido que hacer más rápido mis escritos, sino que me he dado cuenta de que para que una institución brille y se mantenga como lo hace Acroarte tiene que tener una membresía que la quiera, la ame y respete.

Debe ser un matrimonio entre la institución y los cronistas.

Desde ese punto pequeño que es mi asiento, donde me apoyo para capturar por escrito todas las opiniones de los miembros, he podido darme cuenta de quiénes son sus verdaderos hijos, quiénes están ahí para apoyarla en todo momento y quiénes pasan en determinadas ocasiones solo a disfrutar de una fiesta, buscar una boleta y hasta para pararse a opinar con la única intención de practicar sus dotes de buen locutor.

Pero también he visto que allí hay hombres y mujeres que dejan de lado cualquier interés personal para defender la entidad; que están ahí en premiaciones, en asambleas y en situaciones difíciles.

No se alejan un segundo con tal de que todo salga bien.

Mientras que otros se van por temporadas y solo pasan a ‘ponchar’ cuando hay asambleas importantes para ellos, o desde lejos simulan que Acroarte les interesa.

He entendido que Acroarte debe preservar a esos miembros que sin ningún interés especial siempre están al pie del cañón para defender con agallas, en el terreno que sea, a Acroarte; sacan tiempo para estar cuando se les necesita y no vacilan para dejar claro que la entidad está por encima de todo.

Es un grupo reconocido, porque son los que pasan como buenos padres a darle vuelta a Acroarte.

De verdad estoy profundamente orgullosa de saber que Acroarte tiene esos miembros que la quieren, la respetan y velan por ella, ya sea trabajando arduamente o desde el silencio de su casa.

Acroarte es una institución fuerte, con 31 años de edad, con unos afiliados que demuestran una enorme madurez en todo los sentidos, y eso vale mucho.



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