Danilo y su desafiante rechazo al Contrato Barrick

Danilo y su desafiante rechazo al Contrato Barrick

Danilo y su desafiante rechazo al Contrato Barrick

Desde el 25 de octubre de 2009, cuando la Comisión Especial de Diputados que conocía la enmienda al Contrato Especial de Arrendamiento de los Derechos Mineros de Pueblo Viejo, nos entregó, para fines de estudio y opinión, una copia de la enmienda al Contrato de la Placer Dome, comprado y modificado luego por la Barrick Gold, descubrimos que esa enmienda le quitaba al país el 25% de los beneficios de la mina y el 25% del impuesto sobre la renta, dejando sólo un miserable 3.2% de las ventas de oro y plata, y así se lo comunicamos por escrito en fecha 30 de octubre de 2009, sugiriendo que se redactara un nuevo Contrato donde el país recibiera el 50% de los beneficios.

Desde el mismo mes de noviembre de 2009, cuando el Contrato fue aprobado sin leerlo, comunicamos a todo el país que ese Contrato era una estafa en contra del pueblo dominicano y que era necesario modificarlo y enmendarlo.

Pero aunque nuestras quejas fueron escuchadas y reproducidas por la sociedad y por los principales medios de comunicación radial, escrita y televisiva, el Presidente Leonel Fernández, autor de la enmienda, se empeñó en favorecerla públicamente, y para tales fines viajó a la mina de Cotuí, se colocó un casco protector de ingeniero minero y una chaqueta de seguridad minera, y frente a la prensa dijo que «El Contrato entre Barrick Gold y el Gobierno coloca a la República Dominicana en el mapa de la minería mundial, pero además hará crecer el Producto Interno Bruto de la República Dominicana». Genial justificación para regalar una de las minas de oro más grandes del mundo.

Esa actitud entreguista del Presidente Fernández nunca nos desanimó, y muy por el contrario, reafirmó nuestro pétreo compromiso nacionalista con la recuperación de los dineros que nos corresponden por la explotación del oro, la plata, el cobre y el zinc de Pueblo Viejo, y que habían sido transferidos por Leonel a la Barrick Gold, aunque no dijo: «excúseme de nuevo».

Luego de la toma de posesión de Danilo Medina, como nuevo Presidente de la República Dominicana, publicamos un artículo donde señalábamos que si Danilo quería corregir lo que está mal, pues que comenzara corrigiendo el Contrato Barrick, y a ese artículo le siguieron muchos otros que escribimos en igual sentido, al igual que múltiples entrevistas de televisión y notas de prensa donde reclamábamos al Presidente Medina la revisión de dicho Contrato minero.

Nuestros esfuerzos fueron completados con una carta pública dirigida al Presidente Medina y publicada en la prensa nacional los días 21 y 22 de febrero de 2013, donde solicitábamos al Sr. Presidente que en su discurso del 27 de febrero siguiente convocara formalmente a la Barrick al proceso de revisión del Contrato porque ese era un reclamo de toda la nación.

Y así fue hecho, pues el pasado 27 de febrero de 2013, al rendir cuentas ante la Asamblea Nacional, el Presidente de la República hizo un prolongado eco a los datos que hemos presentado durante los últimos 40 meses, y con los cuales hemos demostrado que la enmienda al Contrato de la Barrick para la explotación minera de Pueblo Viejo constituye una inaceptable estafa contra el pueblo dominicano, porque de cada 100 dólares la Barrick se queda con 97 y sólo nos deja 3.

Y así mismo lo dijo Danilo en su brillante y enérgico discurso, quien evidentemente ha tenido oídos para escucharnos y ojos para leer el Contrato, cosas que no tuvo Leonel Fernández.

Danilo acusó a la Barrick de mantener una posición intransigente y le advirtió que pasado un plazo prudente someterá al Congreso Nacional un proyecto de ley que establecerá un impuesto sobre los ingresos inesperados de las exportaciones mineras.

Pero la mayor contundencia del discurso de Danilo Medina se escuchó cuando le dijo a la Barrick: «Quiero que me escuchen bien: el oro que subyace en el suelo de la patria de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón, es del pueblo dominicano, ¡ de nadie más !, y sólo podrá ser extraído, procesado y exportado, si las condiciones de distribución de los ingresos generados por la explotación de este recurso no renovable son justas y favorables para las dominicanas y dominicanos, y en los actuales momentos no lo son». Y en eso Danilo Medina se equiparó al nacionalismo del profesor Juan Bosch cuando en febrero de 1963 se refirió al Contrato para la refinería de la Standard Oil.

El respaldo nacional a la decisión patriótica de Danilo ha sido tan mayoritario y tan contundente que hasta Leonel Fernández, autor y padrino de la cuestionada enmienda al Contrato, ha tenido que pronunciarse rápidamente en apoyo a la decisión de revisión tomada por Danilo, y hasta los senadores y diputados que en el 2009 aprobaron la enmienda hoy apoyan su revisión y modificación, tal y como se lo sugerimos por escrito el 30 de octubre de 2009, aunque en ese entonces hicieron más caso a Leonel, por ser el Presidente de la República.

Hoy la Barrick Gold se encuentra aplastada moralmente, y no tiene otro camino que aceptar las condiciones de renegociación que le imponga el gobierno que administra y el pueblo que es el único dueño de la mina.

De igual modo han quedado aplastados todos aquellos que traicionaron la dominicanidad y se colocaron del lado de la perversidad contractual haciendo campañas de opinión en favor de la Barrick Gold, las que acompañaron de chantajes deformados contra los nacionalistas que hemos objetado ese Contrato colonialista. Pero el pueblo y Danilo no se dejaron engañar por la campaña de distorsión disfrazada de periodismo de investigación.

El país debe saber que a los precios actuales de los metales a explotar en Pueblo Viejo, la Barrick vendería unos US$2,080 millones anuales, y el gobierno debía recibir anualmente US$66 millones por el RNF de todos los metales, US$450 millones por PUN y US$337 millones por ISR, es decir, US$853 millones anuales, y sobre esa cifra es que debemos renegociar, estando claros de que para la Barrick es mucho mejor un arreglo decente con el gobierno que un pleito en los tribunales, porque las empresas mineras siempre evitan los pleitos legales con los gobiernos por saber que el único perdedor es el arrendatario minero y el único ganador es el gobierno y el pueblo dueño de la mina.

Evidentemente que Danilo ha comenzado a corregir lo que está mal, porque la peor herencia que ha recibido de su antecesor Leonel Fernández ha sido el Contrato estafa de la Barrick Gold, y Danilo lo ha rechazado y a la empresa la ha desafiado con el respaldo mayoritario del pueblo dominicano.



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