Cuestión de tiempo

Cuestión de tiempo

Cuestión de tiempo

Elías Brache

El silencio es un arte difícil de dominar, más aun cuando existen tantas cosas por las cuales gritar.

A veces se quiere hacer el papel de sirena y alertar de un peligro, pero si hay algo harto conocido es que nadie hace caso a las sirenas, o quizás, en todo caso, cuando les hacen caso solo sirven para detener la ambulancia que acarrea un niño enfermo y provocar su muerte.

Así es la lógica en República Dominicana. Un buen amigo que me visitó el otro día, contaba que un gran empresario dominicano dijo en una reunión en España: “Pensar con lógica en Santo Domingo conduce a error”… habló por mil años.

Resulta que con marcada beligerancia, un destacado jurista y la expresión más pura de la burguesía dominicana, intercambiaron expresiones hace unos días.

Poco importa que afloraran algunas alusiones sobre clase social con un cierto sabor a descalificación, eso es secundario, no soy partidario de estigmatizar a nadie, Albert Einstein traza la pauta en aquello de “Me dirijo a todos de la misma manera, ya sea el hombre de la basura o el presidente de la universidad”.

Además, ¿qué es lo que importa de ese intercambio?

Más allá del primer punto del “affaire”, lo que la hermosa dirigente empresarial dijera fuera de contexto o no, lo grave es, que lo que muchos hemos venido diciendo hace años, es ya inminente.

Mientras el destacado jurista reflejaba la indignación del sector trabajador, por las declaraciones, el fogoso joven de raíces italianas, quizás inadvertidamente, confirma que la situación de República Dominicana es insostenible.

Para sustentar sus argumentos, plasma datos en sus respuestas que reflejan, entre otras cosas, que es materialmente imposible suplir de empleos a los dominicanos y peor aún, que la presión ejercida sobre la economía dominicana por los nacionales del país más pobre de América, Haití, son estocadas en la yugular.

Todavía más grave, confirma que el estado se ha convertido en una máquina de empleos y (agrego yo) eso solo puede llevar a un final: el colapso, solo hay que verificar que ya se están tomando préstamos para pagar lo tomado prestado, ¿hasta cuándo se sostendrá esa espiral?

Más adelante destila la alternativa, pues aunque no dice que lo haría, habla de “largarse”, y ahí está el punto clave, pues si algo ha hecho desde hace tiempo la clase alta es preparar sus descendientes, ya sea educándolos fuera o haciendo que vuelvan a sus raíces sacando los pasaportes de sus países originarios.

En todo caso, con los millones acumulados, ¿qué país del mundo no recibe un poderoso inversionista?

Así pues, la clase alta dominicana, en caso de un “rebulú”, pierde sin duda, pero le queda para comprar un par de zapatos…

Este desastre es un proceso que comenzó hace muchos años y del que la mayoría de la cúpula empresarial es corresponsable por acción u omisión, pues concentrados en la acumulación de riquezas han recibido con brazos abiertos todas las facilidades, exoneraciones, contratas, etc. que los políticos les han brindado.

El problema se ha complicado, pues en la medida que ellos acumulaban más y más recursos, se hacían de la vista gorda con las acciones de esos mismos políticos, y además de convertirse esos políticos en sus socios “obligatorios” también algunos se han convertido en su competencia.

La última osadía de ese mismo grupo político ha sido la creación de una sociedad unipartidaria, todo bajo una humareda de legalidad, pues como parte del plan se crearon los organismos legales y se designaron las figuras claves para ocuparlos, incluido imponer a diestra y siniestra un granuja como presidente del otrora principal partido de oposición.

La gravedad de esta jugarreta es que, además de acercarnos a un estado totalitario, impide que exista una válvula de escape para todos aquellos que no comulgan con las ideas del partido en el poder, y en consecuencia exacerba las frustraciones en el seno del pueblo.

Les invito a leer el referido intercambio de escritos una vez más, y luego sentarse a pensar lo que les depara el futuro, sobre todo, si usted es clase media en suelo dominicano, la única de toda América que lleva diez años estancada.

No lo dice quien les escribe, todo está ahí, se lo dice el destacado jurista, se lo dice el joven más rico de la República Dominicana, fuera de ese escenario se lo dicen los intelectuales, los estudiosos, los organismos internacionales, y salvo que usted sea un tarado, se lo dice el sentido común.

En ausencia de quien le ponga el cascabel al gato, usted que me lee llorará lágrimas de sangre.

Es cuestión de tiempo…



Elías Brache

Licenciado en Derecho Cum Laude (UNPHU) con estudios de Especialidad en Gobierno y Politicas Publicas (FLACSO) ha ocupado diferentes posiciones dirigenciales en su vida privada y publica incluyendo las de Vice Canciller de la Republica y Gerente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL).

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