Cuando la vida no vale nada

Cuando la vida no vale nada

Cuando la vida no vale nada

Leer el relato hecho por el propio joven que asesinó a una mujer para robarle en una joyería de la calle El Conde indica claramente como se está devaluando la vida, llamada a ser el bien máximo de cualquier ser humano.

La tranquilidad con la que el individuo decidió cometer un asalto y luego matar a su víctima a sangre fría, y sin ninguna motivación previa, aterroriza.

Pero llama más la atención cómo siguió actuando, como si no hubiera pasado nada.

El aprecio por las cosas materiales le adormeció el valor por la vida.

Su confesión también indica la falta de responsabilidad del entorno familiar que recibió dinero fruto del robo sin hacer mayores preguntas del origen del mismo.

Hay muchas lecturas sobre este caso, como ocurre cada vez que un suceso conmueve a la sociedad.

En esta oportunidad queremos centrarnos en la pérdida del valor de la vida.

Se mata por un celular, se mata por un parqueo, se mata por una discusión de tránsito, se mata porque una mujer decide separarse de su pareja, se mata para evitar ser delatado en un acto de corrupción, se mata por unas monedas. En definitiva, la vida como valor supremo se ha ido devaluando.

Pareciera que realmente se está expandiendo la creencia de que “la vida no vale nada”.



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