¿Cuál Modernidad?

¿Cuál Modernidad?

¿Cuál Modernidad?

En el acto de apertura del nuevo año escolar 2009-2010, el Presidente de la República, Dr.Leonel Fernández, volvió a proclamar que “sin la educación la Republica Dominicana se hunde”. Se vanaglorió de sus aportes a la modernidad del Sistema Educativo del país,  reiteró su “modernísima” tesis según la cual; los recursos no son determinantes para lograr educación de calidad, al tiempo que pidió “ayuda” al diputado Julio Cesar Valentín para que, le ayude a identificar las fuentes que, en el futuro le permitan dedicar el 4% del PIB a este sector.

¿Cómo querrá el presidente que entendamos su modernidad? A partir de su discurso, le parece suficiente que en 18 de cada 100 escuelas haya un laboratorio de informática, con un promedio de 21 computadoras, las que finalmente, en la mayoría de los casos, no pueden ser utilizadas por falta de energía eléctrica.

Será que se puede pensar la modernidad de un sistema educativo, en el que el 60% de las escuelas no tienen agua potable ni bibliotecas escolares. Algo menos del 50% de las aulas, por su nivel de deterioro, requieren ser sustituidas, y donde los maestros y maestras subsisten con salarios de miseria. ¿Se puede pensar la modernidad de un sistema educativo con aulas, que aunque construidas para 35, tienen 60, 80 y hasta 95 estudiantes?

Sin proveer acceso universal a una apropiada formación, capacitación y actualización permanente al personal docente, sin un adecuado acompañamiento a la gestión pedagógica, sin recursos didácticos que sirvan de apoyo para el trabajo docente, y por demás, un sistema que no asegura que los contenidos curriculares guarden relación con lo que se enseña en el aula. Cualquier visión de modernidad no es más que un sueño si es que no queremos llamarle pesadilla.

Hemos dicho una y otra vez que la asignación per se de recursos económicos no es necesariamente  garantía de calidad de la educación. Pero es categóricamente imposible alcanzar una educación de calidad y amplia cobertura, sin invertir los recursos necesarios para financiar las políticas públicas orientadas a esos fines.

Desde esta pizarra insistimos en la necesidad, de que forcemos la voluntad política del gobierno, que evidentemente no la tiene, para convertir la educación en una verdadera prioridad. 

*La autora es ex presidenta de la Asociación Dominicana de profesores y dirigente del Miuca.

 

 

 

 



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