¡Crían cuervas!

¡Crían cuervas!

¡Crían cuervas!

Los anunciantes que mantienen ciertos medios necesitan preguntarse seriamente si sus marcas y productos merecen estar asociados al ejercicio de un periodismo deleznable que sin su apoyo sería imposible o precario.

El morbo vende, indudablemente. Negarles apoyo significa un riesgo como ante mafiosos o chantajistas. Pero empresarios y publicistas poseen hoy una inmensidad de medios tan diversa, que difícilmente pueda justificarse ética y moralmente ayudar a engordar monstruos que corroen las bases de nuestra sociedad.

Muchos de los escándalos de corrupción y otras lacras sociales están íntimamente relacionados a la impunidad, pero quedar sin castigo no se refiere solo a ilícitos penales o vagabunderías administrativas públicas o privadas.

Impunidad es también dedicarse al ejercicio irresponsable y vergonzoso del peor periodismo, que concita alta popularidad igual que la lucha libre o ciertos espectáculos artísticos, pero cuyo fondo deforma la conciencia social.

En vez de castigarse, algo que toca a quienes asignan la publicidad que alienta esos endriagos, el fenómeno de audiencia obra el milagro de su impunidad. Publicistas y empresarios deben meditarlo.



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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