Crawford ofreció cátedra

Crawford ofreció cátedra

Crawford ofreció cátedra

Hugo López Morrobel

Uno de nuestros errores más frecuentes, es “querer tapar el sol con un dedo”, algo que por mucho que se desee, es sencillamente imposible.

El pasado sábado, por ejemplo, el púgil dominicano Félix Díaz, por mucho esfuerzo que hizo, no pudo contrarrestar en lo más mínimo el empuje del estadounidense Terence Crawford, quien demostró sin duda que ya puede ser catalogado como uno de los mejores libra por libra.

Desde el inicio del combate ante Díaz, mostró superioridad en todos los aspectos, a pesar del esfuerzo que realizaba el criollo por conectar sólido.

Según las estadísticas, Crawford pegaba en una proporción de cinco por uno, lo que sacó por completo de concentración a Féliz, quien en muy escasas ocasiones, excepto el octavo asalto, pudo conectar un recto con cierta solidez.

En lo adelante su defensa y ofensiva decayó por completo, mientras recibía golpes de todos los calibres que salían por cualquier ángulo y llegaban a la anatomía de Díaz, quien terminó con el rostro muy deteriorado.

No se puede tapar el sol con un dedo, p le dieron hasta “con el cubo del agua”, y lo mejor que hizo su entrenador fue detener el combate para evitar que siguiera recibiendo tantos golpes, que al final podrían poner en peligro su futuro.

Hay que reconocer que Félix hizo el esfuerzo, pero de ante manos se sabía que iba a ser una empresa bastante difícil.



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