En definitiva el Festival Internacional de Cine de Cannes es el más grande e importante del mundo.

Su programa es tan vasto, la oferta tan amplia que para sus visitantes implica una reprogramación y una agenda personal para poder orientar sus intereses.

Por un lado está el programa oficial, que ya es demasiado, incluyendo sus actividades sociales y protocolares, y por el otro el de los intereses particulares entre embajadas, gobiernos, casas productoras, los artistas en o fuera de concurso y las marcas comerciales.

El festival, por otra parte, es un verdadero evento nacional en Francia, la atención y veneración que expresa la sociedad por completo habla de un gran orgullo, algo que no se siente que haya logrado ninguno de los festivales de cine dominicanos, seguro que por sus deficiencias programáticas, falta de una estética coherente y sobre todo unas pobres relaciones con la prensa por parte de sus organizadores.

Todo debe empezar por una buena imagen y es lo que logra Cannes desde el spot inicial a la presentación de cada filme, logrando alcanzar admiración, respeto y aceptación con una descarga de aplausos cada vez por parte de la audiencia.

En el Festival esta vez se usó una espectacular animación, con un plano secuencia de abajo hacia arriba, que se inicia en las azules profundidades marinas, de donde surgen unos escalones alfombrados en rojo, mientras horizontalmente el mar es atravesado por unos delfines, los escalones te llevan a la superficie atravesando un crepúsculo espectacular en colorido que llegan a la noche con un despliegue de estrellas en el firmamento.