Con “El teniente Amado” renace el cine dominicano

Con “El teniente Amado” renace el cine dominicano

Con “El teniente Amado” renace el cine dominicano

Santo Domingo.-Por fin, llegó ese momento esperado. El instante de un cambio radical en las producciones cinematográficas dominicanas.

“El teniente Amado”  se enmarca como un filme que además de narrar la historia del dictador Rafael Leónidas Trujillo, es una ventana a descubrir otra óptica bajo la estructura de un guión elaborado.

Huchi Lora ha acariciado el proyecto cinematográfico que presenta la semblanza de uno de los tiranos de mayor relevancia en toda Latinoamérica.

Hoy, este filme  brota en un momento concreto de la cinematografía dominicana como un crepúsculo en materia de guión, donde el periodista y guionista muestra que sí se pueden crear buenas historias.

“El teniente Amado”  plantea un interesante choque de personalidades diversas que confluyen bajo una realización con calidad sui géneris que no deja de cautivar de principio a fin, con una construcción secuencial de ese acápite tan importante de la historia dominicana, además de un impecable diseño artístico, vestuario y locaciones que recrean la época bajo un drama puro y elemental.

Este filme es un gigantesco paso hacia adelante, hacia el exterior y hacia arriba al expandir los recursos del cine dominicano en evolución.

Félix  Limardo maneja los hilos con sabiduría, insertando de modo efectivo las elipsis y transiciones de cada uno de los actores tanto nacionales como internacionales, cuidando muchísimo la puesta en escena del largometraje con composiciones que resultan naturales, logrando no distraer a los espectadores del contenido de la cinta.

Las interpretaciones

Amaury Nolasco (teniente Amado), con un personaje perfectamente caracterizado bajo las medidas adecuadas de sus virtudes interpretativas, logra una sincronía ideal.

El rol del tirano Trujillo es interpretado por el actor puertorriqueño Efraín Figueroa, quien por momentos es convincente, como también refleja  vulnerabilidad en su interpretación de “El jefe”.

 Además de ello, uniéndose, de forma magistral  en el papel del coronel Johnny Abbes, el actor estadounidense Enrique Castillo y el mexicano Antonio Jaramillo, en la piel del teniente Andújar, brillantes en sus interpretaciones, las mismas que evidencian una larga trayectoria internacional.

El reparto, que cuenta con Liche Ariza en la piel de Salvador Estrella Sadhalá, Mario Lebrón como Antonio Imbert Barrera, Geovanni Cruz personificando a Modesto Díaz y Benjamín García como Antonio de la Maza, entre otros actores, exhibe la notable acumulación de talentos en suelo nacional.

Lora y Limardo alcanzan el resultado de un filme con tintes de trabajo pedagógico y loable calidad artística.

Buena producción

 Técnicamente es una buena producción, analítica y con humor, sin grandilocuencias visuales, pero con la fantástica dirección fotográfica de Peter Mackay, que hacen de esta película una historia característica al margen de las elaboradas en suelo nacional.



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