¿Cómo construir una derrota?

¿Cómo construir una derrota?

¿Cómo construir una derrota?

Hecmilio Galván

parte 1: La geografía del Poder

De Tirso Mejia-Ricart Guzmán, a quien estimo y aprecio sobremanera, aprendí, en una de las múltiples tertulias en que convirtieron a las reuniones de La Convergencia (producto de la negativa de la Dirección del PRM de ese entonces de cumplir los acuerdos arribados) la diferencia entre la Macropolitica y la Micropolitica, o sea el enfoque nacional vs el enfoque local; en la práctica de campaña y en el día a día en mi provincia lo constaté al ciento por ciento.

Los temas, los enfoques, los actores, las preocupaciones, las necesidades, y por tanto, las estrategias en lo local, poco tienen que ver con las del plano nacional. Comprender esas diferencias y aplicarlas en el terreno, representa gran parte de una estrategia triunfadora en un proyecto político de cambio.

En mi evaluación del pasado proceso electoral, pienso que el no comprender esta dicotomía, fue uno de los principales errores cometidos por el conglomerado oposición dominicana. Por un lado, los partidos emergentes o pequeños no tenían quizás las estructuras necesarias para satisfacer la demanda de los 4,200 cargos (más los suplentes en los casos de los regidores) y estuvieron muy ocupados primero en lo nacional, terminando el proceso local muy tarde. Dos casos significativos y positivos fue el acuerdo electoral APD y PRSD para lo local y también la sorpresa generada por el PQDC en la selección de sus candidaturas locales; la FNP hizo también un gran esfuerzo de selección y Alianza País decidió proyectar a sus dirigentes locales asignándole casi la total importancia a su candidato local. Sin embargo, en todas las fuerzas emergentes, el enfoque local fue insuficiente y eso debe cambiar.

En el caso de la campaña del candidato Luis Abínader, una de las fuerzas mayoritarias del país, la incomprensión de esta diferenciación fue uno de los errores más graves cometidos. Por un lado dedicó muchísimo tiempo (y muy tarde) a resolver asuntitos minúsculos tales como una regidurías y otras candidaturas (localistas), descuidando temas nodales y nacionales de la campaña; y por otro, no logró consolidar una boleta de lo nacional, que representase los valores que él mismo estaba promoviendo y que le diera el respaldo que su incipiente candidatura necesitaba.

Mientras Danilo Medina delegó completamente el tema de las boletas, del lado de La Convergencia no fue así. Lo que había que hace era establecer un método transparente y estándar y en el caso de las negociaciones no hacerlo por separado, sino en el marco de La Convergencia, y así conformar una boleta lo más representativa posible. A mí me tocó redactar el Documento para La Selección de Candidaturas de La Convergencia, que contenía los criterios que se aplicarían en la selección de candidatos, el mismo fue aprobado por todos los partidos y movimientos después de meses de discusión, pero posteriormente nadie lo utilizó. Esa decisión, de manejar las candidaturas de manera discrecional por el candidato y su intimidad, lo único que trajo fueron muchos disgustos y distracciones.

Empero, .la incomprensión de la diferencia entra la Macro y La Micro política se reflejó más claramente en la conformación de la boleta senatorial. Hago mención de esta boleta, porque en razón de los casi seis mil candidatos y suplentes de estas elecciones, sólo los senadores y la boleta Presidencial tienen un impacto y connotación nacional; aunque también son relevantes en la macropolitica los alcaldes del Gran Santo Domingo, el del Distrito Nacional y el de Santiago. El resto de candidaturas son prácticamente conocidas solo en sus localidades.
Es por eso que estas boletas, y no las otras, en su conformación, deben incluir un análisis nacional (de la Macro Politica), vinculado directamente a la campaña presidencia; tomando por ejemplo, además de las variables locales a considerar, otros análisis que respondan las siguientes preguntas: ¿qué valores queremos promover? ¿Qué liderazgo queremos construir?, ¿Quiénes aportan más al candidato presidencial?, etc.

Pienso que para conformar esta boleta, sólo se tomaron en cuenta tres variables: ¿qué tanto dinero podía aportar a la campaña?, ¿qué peso y relación tenía en el vejo partido? y ¿si era tránsfuga peleedeísta?. Si analizamos la conformación de dicha, boleta, salvo honradas excepciones, no responde al análisis correcto del momento, y los resultados hablan por sí solos.

A diferencia del PRM, Danilo Medina y el PLD (cuyo enfoque y realidad no eran similares a la de la oposición por el acuerdo Reelección por Reelección y por su poderío económico y fáctico) restaron completa importancia a los conflictos locales (a pesar de que tuvieron muchos, especialmente por el Pacto con Leonel y también con el pacto con Miguel), pero ningún trauma ni berrinche local distrajo a ese partido del objetivo principal: la Presidencia.

En resumen, la clave de esta diferenciación es comprender el principal postulado de la filosofía aristotélica de que: el todo es mucho más que la suma de sus partes.

Pero así como resulta necesario comprender la diferencia entre la Macro política y la micro política, junto a esto, era esencial comprender, para lograr un buen desempeño electoral, el carácter de estas elecciones, que fueron unas elecciones sumamente complejas, donde el actor local revistió gran importancia. El síndico, el regidor, el diputado, el senador, en su localidad es casi tan importante que él mismo candidato Presidencial. En realidad, como objeto directo del voto es posiblemente más importante en el terreno siendo, por ejemplo, el poder de atracción de los alcaldes, algo realmente simbólico para la campaña. Su importancia es capital, pero su importancia termina inmediatamente pone en juego algo de lo nacional.

Así como no hubo una correcta interpretación de la diferencia antes mencionada, no se entendió tampoco, este carácter elemental de la complejidad electoral del 2016 y su efectiva vinculación con lo que yo llamaría “la geografía de poder”, o sea comprender ¿dónde están los votos?, ¿cómo son esos votos? Y, por ende ¿cómo se consiguen esos votos?.

En la República Dominicana de hoy es sumamente sencillo determinar la «geografía del poder». Debido al modelo concentrador que se ha impuesto en el país desde hace décadas y reforzada por los Gobiernos del PLD, se hace muy fácil determinar cuales son las provincias que dan el triunfo electoral, siendo Santiago, Distrito Nacional, Santo Domingo y San Cristóbal donde se concentra el 51 por ciento de la población. Además de esas cuatro principales hay unas nueve provincias que son también muy importantes en cuanto a la composición del voto se refiere, entre esas podemos citar: San pedro de Macorís, La Vega, La Altagracia, Espaillat, Puerto Plata, Duarte, San Juan, La Romana, y Azua, todas que sobrepasan los 200 mil habitantes.

En esas provincias, particularmente en las cuatro primeras hay que desarrollar un enfoque de Macro Política, que mezclado con la micro política (la conveniencia en lo local) pueda generar un empuje a lo Presidencial. A esa geografía (por concentración) hay que incluirle el enfoque poblacional o sectorial, ósea el enfoque y la estrategia hacia la mujer y hacia la juventud; estos dos segmentos poblacionales son esenciales en la visión de poder, no tanto por lo numerosos que son, sino además porque es el voto con mucha más variabilidad, o sea con menos compromiso y decisión. Ahí radica su importancia.

El PLD, que tradicionalmente ha sido fuerte en el segmento mujer, enfocó todos sus cañones en la juventud en esta campaña, por eso, la única propuesta que presentó el candidato del PLD, y lo hizo con mucho énfasis, fue la llamada «República Digital» lo cual tiene un claro enfoque poblacional.

Una de las claves de nuestro posible triunfo era saber diferenciar y hacer un buen equilibrio entre lo Macro y lo Micro y también comprender el carácter complejo de las pasadas elecciones, desde un enfoque territorial y poblacional.

A mi juicio, la tarea más importante de la pasada campaña de la oposición era conseguir candidatos buenos (desde ambos enfoques) para las alcaldías y las senadurías de las principales provincias del país (las cuatro principales) y aplicar eso en menor medida a las demás nueve. El resto era realmente una carpintería de lo local esencialmente. Esa si era una tarea principal del Candidato Presidencial: buscar por cielo y tierra, entre la sociedad civil, los partidos emergentes o bien en el mismo partido, a los candidatos para «dar la pelea» en estas plazas, y montar la campaña presidencial encima de esas estructuras.

Desde mi rol en La Convergencia hice grandes esfuerzos para que se entendiera este “multi-enfoque” y se tomaran las medidas al respecto. En primer lugar bajo mi coordinación de La Convergencia, tan temprano en enero de 2015 propicié la creación de «La Convergencia Joven» y también «La Convergencia Mujer», plataformas desde las cuales se iniciaría el trabajo conjunto para esas poblaciones, lamentablemente ninguna tuvieron el apoyo que ameritaban y ambos procesos murieron.

Por otro lado, insistí mucho en que seleccionáramos candidatas mujeres que quisieran tirarse al ruedo de la política, para promover la equidad, pero sobre todo para incentivar el voto femenino (Bergia Soler puede dar testimonio de eso), y además, para no tener que terminar improvisando candidatas para cumplir la cuota femenina, como se hizo en La Altagracia y Espaillat, donde se montaron dos boletas paralelas de mujeres desconocidas para cumplir la cuota, un verdadero crimen local, lo que hizo que el PRM y aliados perdieran al menos los diputados como el caso de La Altagracia. Geanilda sabe bien las críticas que hacía a la Dirección del PRM y de la campaña, porque, estando ella como Presidenta en Funciones y con sus excelentes condiciones, siempre aparecían las ruedas de prensa del PRM sólo con dirigentes varones, enviando una señal innecesaria de atraso político.

En la conformación de la boleta, hubo una decisión de limitar, prácticamente impedir, la participación de la juventud, incluso violando la cuota estatutaria. Innecesariamente la Dirección de la Campaña decidió envejecer la boleta, siendo éste uno de los 24 errores que describí en mi artículo anterior. Los resultados hablaron por sí solos.

En cuanto a la Geografía del Poder, la incomprensión fue brutal; tan grave que en las cuatro principales provincias del país, se cometieron desastres en la selección de boletas. En las cuatro provincias citadas y sus respectivos municipios se presentaron boletas díscolas y desintegradas que jamás respondían a una lógica del poder o un análisis complejo y multifactorial como el que he planteado. Salvo las Alcaldías de Santiago (porque quizás no había otro mejor) y del Distrito Nacional (pero fue muy tarde) la definición de la boleta respondió a cierto tino político.

En el resto de la boletas, su composición en estos centros urbanos no resiste el menor análisis. Me reservaré, por prudencia, analizar caso por caso, aunque si me gustaría a modo de ejemplo, resaltar el caso de Santo Domingo Este, el principal municipio del País con una población de 948, 885 habitantes y Común Cabecera de la provincia más importante del país; un lugar prácticamente sagrado si se quiere ganar una elección nacional. En este municipio, paradójicamente se montaron dos candidaturas paralelas para Alcalde, la de Manuel Jiménez (22%) y posteriormente la de Domingo Batista (17%). Al final, ninguna de las boletas terminaron enfocándose en la candidatura presidencial (sino en su competencia interna). Prácticamente casos parecidos de desastres pueden decirse de Santiago, San Cristóbal y el Distrito Nacional.

En el caso de las provincias secundarias, vale la pena mencionar los casos de San Pedro de Macorís e Higuey, Espaillat y San Juan, en las cuales se cometieron tantos desaciertos, que en las dos primeras el PRM y aliados no pudieron conseguir una sola diputación de diez que se disputaron y en las dos segundas, sólo consiguió una y una, de los diez escaños en juego para.

Nadie ha dicho que es fácil combinar tantos enfoques y tantas realidades diferentes, y sobretodo lograr los resultados que uno espera, sin embargo, hay que tomar en cuenta todos estos factores si no queremos fabricar una derrota. En una próxima entrega me dedicaré a analizar otras situaciones, esperando pueda esta experiencia servir para construir el futuro que necesitamos construir.

 

*Hecmilio Galván
Director Ejecutivo de La Convergencia por un Mejor País.



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