Siempre he dicho que el primer paso para un verdadero cambio es el que da cada persona, pues todo empieza en un punto y la clave está en la propagación y en qué tan virulenta pueda ser esa acción.
Si las buenas acciones y el compromiso y conciencia social y política se propagaran como lo hace un virus, nuestra sociedad fuera otra, llena de ciudadanos comprometidos y exigentes. Sí, exigentes, pues solo al exigir nuestros derechos y cumplir con nuestros deberes podremos hablar de democracia y pluralidad.
Como ciudadanos, tenemos que exigir una mejor administración, manejo del presupuesto y no admitir la corrupción. Es por eso que es necesario que la ciudadanía despierte, se comprometa y haga sentir sus voces. Emponderarse es la única opción. Así lo ha comprendido la Coalición por una Educación Digna al dar forma y levantar su proclama por el 4% para la educación. Ejemplo que todos debemos seguir.
Aunque para muchos sea ya una utopía que lo que es público sea mejor cuidado por todos, que los políticos sean más transparentes, que se gaste el presupuesto donde es prioritario y no haya intereses políticos para sacar más votos, no debemos darnos por vencidos.
Lamentablemente, esto es un proceso que lleva tiempo, pero creo que sumando pasos se logrará llegar al final del camino. Recuerden que la verdadera democracia se hace con la participación de la población.