Científicos advierten de desastre submarino en el Golfo de México   

Científicos advierten de desastre submarino en el Golfo de México   

Científicos advierten de desastre submarino en el Golfo de México   

México.- Científicos independientes y funcionarios gubernamentales dicen que un desastre invisible azota las misteriosas profundidades del Golfo de México, la ruina de un mundo habitado por enormes cachalotes y minúsculo plancton.

Los investigadores han dicho que han hallado al menos dos gruesas columnas submarinas de lo que parece ser petróleo, cada una a cientos de metros de profundidad y extendiéndose a lo largo de varios kilómetros.

Sin embargo, el director general de British Petroleum PLC —que durante semanas ha minimizado todo lo relacionado con la crisis, desde la cantidad de crudo derramándose al mar hasta el impacto sobre el ambiente— dijo que “no hay evidencia” de que enormes cantidades de petróleo permanezcan suspendidas en lo profundo del mar.  

Tony Hayward, director general de BP —la cual alquilaba la plataforma petrolera que explotó—, señaló que por naturaleza el petróleo gravita hacia la superficie, y que todo el crudo en el fondo del mar simplemente está avanzando hacia arriba.

Sin embargo, los investigadores dicen que el desastre en aguas donde no llega la luz pudiera extenderse a través de la cadena alimenticia.   “Cada pez e invertebrado que haya entrado en contacto con el petróleo probablemente esté muriendo. No tengo duda de eso”, dijo Prosanta Chakrabarty, bióloga marina de la Universidad del Estado de Luisiana.  

 Una cámara que opera las 24 horas colocada sobre el pozo que explotó y que sigue arrojando petróleo, así como las imágenes de aves muertas cubiertas de crudo son evidencia de la calamidad.

Al menos 76 millones de litros (20 millones de galones) de petróleo —en lo que sería la cantidad más conservadora—, y posiblemente 163 millones de litros (43 millones de galones) en el peor de los casos, han sido derramados al mar desde que la plataforma Deepwater Horizon explotó y se hundió en abril.  

 Esa cantidad ha superado por mucho los 42 millones de litros (11 millones de galones) derramados durante el desastre del buque tanque Exxon Valdez frente a las costas de Alaska en 1989.  

 Pero no hay ninguna cámara para registrar lo que ocurra en el resto del enorme Golfo de México, que se extiende a lo largo de 1,6 millones de kilómetros cuadrados (600.000 millas cuadradas) y tiene más de 4.300 metros (14.000 pies) en su punto más profundo.  

 Cada noche, los moradores de las profundidades hacen excursiones a aguas menos profundas para comer —y ser comidos— por otros peces, de acuerdo con científicos marinos, los cuales describen estos movimientos como la mayor migración sobre la Tierra.  

 A su vez, varias especies ubicadas más cerca de la superficie —incluyendo el pargo rojo (también conocido como huachinango), el camarón y el sábalo atlántico— ayudan a impulsar la industria pesquera de la costa del Golfo de México. Otros como el marlín, el cobia y el atún de aleta amarilla están en la parte superior de la cadena alimenticia y su depredador es la flota pesquera que recorre esas aguas.  

Muchas de esas especies se encuentran ahora en su temporada anual de desove. Los huevos expuestos al petróleo morirían rápidamente, y las crías que lograran sobrevivir podrían morir de hambre si el plancton en la base de la cadena alimenticia hubiera perecido por el crudo.

Los peces más grandes son más resistentes, aunque no inmunes a los efectos tóxicos de esta contaminación.   El mayor derrame petrolero en el Golfo de México ocurrió en 1979, cuando la plataforma Ixtoc I en la península de Yucatán explotó y derramó 530 millones de litros (140 millones de galones) de petróleo. Pero eso fue en aguas relativamente poco profundas —unos 49 metros (160 pies)— y gran parte del crudo permaneció en la superficie, donde sus componentes químicos se descompusieron, volviéndose menos tóxico para cuando llegó a las costas de Texas.  

 Pero la semana pasada, un equipo de la Universidad del Sur de la Florida reportó que una columna de petróleo se dirigía hacia la plataforma continental frente a las costas de Alabama, aguas llenas de peces y otras formas de vida marina.  

Los investigadores dijeron que el petróleo en las columnas se había disuelto en el agua, posiblemente como consecuencia de los dispersantes químicos utilizados para reducir su grado de espesor. Eso lo hace más peligroso para las larvas de los peces y las criaturas que se alimentan de materia suspendida.  

 En respuesta a la afirmación de Hayward, un investigador hizo notar que científicos de diversas universidades han llegado a conclusiones similares en torno a las columnas de petróleo tras haber hecho pruebas cada uno por su cuenta.   No se han reportado muertes masivas de peces, pero autoridades federales dijeron que los impactos pudieran llevarse años en desarrollarse. 

  “Lo que está ocurriendo es simplemente un experimento gigantesco, y estamos intentando comprender científicamente qué significa”, dijo Roger Helm, alto funcionario del Servicio de Peces y Fauna.     



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