Centros del pensamiento crítico

Centros del pensamiento crítico

Centros del pensamiento crítico

Los centros de pensamiento crítico, o “think tanks” en su versión anglosajona, son espacios formales e informales donde se ejerce el proceso de analizar y evaluar el pensamiento, con el propósito de mejorarlo.

El pensamiento crítico presupone el conocimiento de las estructuras y los estándares intelectuales más básicos de los temas abordados.

Es así que a la caída de la dictadura de Trujillo florecen movimientos políticos que convenían en la promoción de los movimientos social cristianos, nacionalistas o marxistas, entre muchas otras corrientes ideológicas.

Al paso de los años, los temas económicos se hicieron dominantes en el pensamiento crítico nacional, olvidando o dejando atrás  importantes necesidades sociales básicas, como el caso de la educación, la salud, y hoy en día, la seguridad ciudadana.

En el campo económico recuerdo los primeros debates respecto a si al país le convenía adoptar el modelo de desarrollo llamado entonces “Cepalino”, que en ese momento propugnaba por un desarrollo hacia adentro, en contraste por la libertad de escogencia que posteriormente promovimos desde la AmCham, y otras entidades empresariales.

Luego vinieron las prestigiosas Ecocaribe y Dasa, y en su momento  la Fundación Economía y Desarrollo, que fundamos bajo el credo de que no hubiesen actuaciones empresariales monopólicas u oligopólicas, pensamiento hoy casi desaparecido.

Y así llegamos al presente, donde algunas entidades establecidas para actuar como centros de pensamiento crítico vuelven a tomar el rumbo de los años 60, reflexionándose sobre su real independencia o no, y otras, como el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles,   viene a cada rato provocándonos con juiciosos ensayos para el cuestionamiento  y debate.

La sociedad dominicana necesita fomentar mayores centros de pensamiento crítico en muchas más áreas de las ciencias para poder encontrar verdaderas respuestas a tan agobiantes vacíos sociales y económicos.

¡Las soluciones no vienen por sí solas!



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