Mayo es mes de las madres en nuestro país. Estados Unidos, países de Europa y muchos de América la celebran domingos de mayo.

En Noruega, Irlanda, Reino Unido y ciertos países de la antigua Unión soviética se celebra entre febrero y marzo. Algunos de África lo celebran en mayo, otros tantos, musulmanes, junto a países asiáticos, lo celebran en marzo.

En el mundo, países de los cinco continentes celebran en mayo a las madres y los cristianos católicos celebran a la madre de Dios. Recuerdo a mi madre todos los días y partió de esta tierra hace más de 15 años.

Actualmente, es tan importante o se importantiza el hacerse notar, la amistad con personajes notables o destacados, el poseer cargos, hazañas y hasta las posesiones pueden convertirse en la carta de presentación de cualquier persona, yo quiero recordar a la madre de Jesús.

Imagino a María, anunciada desde los antiguos profetas, 500 años antes, guardaba todo en su corazón, era humilde sierva de Dios. Le fueron reveladas verdades, sin embargo, ella le dijo al ángel: yo soy la esclava del Señor, hágase en mí según su palabra.

Fue la Madre del que marcó la historia de la humanidad y mi historia personal en antes y después; le llevó en su vientre, mantuvo bajo perfil, aunque siempre estuvo ahí a su lado hasta la cruz, donde el Hijo le encomendó la maternidad de sus amados… todos aquellos que crean en él, en Cristo.

Ella siempre humilde, sin hacerse notar, oculta, al lado del hijo de su vientre. Esa María, con nombres y advocaciones como pueblos y países existen, es una sola. Celebrada el 13 de mayo, por manifestación en Fátima, Portugal, contemplada por varios miles de personas a inicios del siglo XX; en Italia, los Salesianos la celebran el 24 como María Auxiliadora, sigue manifestándose e intercede ante su hijo, Jesucristo, único mediador entre Dios y los hombres.

Todos los países veneran a la Madre, con un nombre o advocación preferida, en distintas fechas del año. Nosotros en enero y septiembre.

En mayo celebremos ese amor filial, como dice el himno. Amo mi madre y venero la Virgen María, mujer de la más Altagracia, madre de Dios, el Emmanuel, Jesús y madre nuestra.