“Cuando el río suena es porque agua trae”, reza un refrán muy socorrido entre nuestros hombres y mujeres del campo, pero que sin duda tiene aplicación universal.

Esto viene a colación por la falta de crédito que le dio incluso la prensa a las acusaciones de mafia y corrupción en la FIFA, y que involucraba a “respetables personalidades” de todo el mundo, pero que el tiempo se ha encargado de echarle lodo a todos esos “honorables”, que ya se han declarado culpables.

El último en caer fue el expresidente hondureño Rafael Callejas, de 72 años, quien ayer admitió culpabilidad en asociación para delinquir y fraude electrónico en conexión con ese escándalo de corrupción de la FIFA.

Cada cargo de asociación para delinquir y fraude electrónico conlleva una pena máxima de 20 años.

Aunque permanecerá en libertad hasta el 5 de agosto cuando se dictará sentencia, pagó una fianza de 4 millones de dólares. Callejas fue presidente de Honduras 1990-94, y titular del fútbol de su país, desde 2002 hasta agosto de 2015.
Hay que colegir que el dinero y la corrupción están haciendo añicos con todo vestigio de honestidad. ¿Quién podrá salvarnos?