Uno de los temas más persistentes en los retos que viene enfrentando nuestro país es el eléctrico. Cuando no fueron los famosos tenis de Julio Sauri o el desguañangue del Sitracode bajo el férreo puño de Macorís, es hoy la falta de inversión en generación o los entuertos que se le imputan a la planta eléctrica de Punta Catalina.

Nueva vez el tema está en primera plana con motivo del estudio auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo titulado “Iluminando el Futuro: Electricidad en Centroamérica y República Dominicana en el 2040”.

Realmente dicho estudio no aporta nuevas revelaciones de importancia, ya que todos sabemos que recibimos una electricidad entre las más caras de la región (tarifas falsas), sufrimos más apagones que cualquiera (financieros, no de generación), ejecutamos la peor matriz (más derivados de petróleo) y ejecutamos las mayores pérdidas de transmisión y cobro (estafa y obsolescencia).

Precisamente sobre este último punto de pérdidas, la Superintendencia de Electricidad (SIE) informó que el Gobierno dominicano ya puso en marcha un plan para reducir las pérdidas totales del rango del 32 % a un 15 %.

Aunque estas acciones les corresponden a las Distribuidoras, es una noticia que desafortunadamente hemos escuchado ya en demasiadas ocasiones como para ser verosímil.

La SIE no aportó detalles que apoyen la credibilidad o no del plan anunciado, pero acompañó sus declaraciones de otros anuncios que indican que podríamos estar comenzando a transitar por el camino correcto.

Tal es el caso de la determinación real de la tarifa técnica, base para fijar las tarifas de los usuarios; el desmonte de los subsidios cruzados que tanta distorsión han traído; y continuar apoyando las energías renovables.

fortunadamente estas medidas no requieren de un Pacto Eléctrico, por lo cual estaremos atentos a las ejecuciones de las acciones mencionadas, para ver si finalmente rompemos el espiral negativo que ha representado el hoyo negro eléctrico.