Buena suerte, hermano Chu

Buena suerte, hermano Chu

Buena suerte, hermano Chu

Rafael Chaljub Mejìa

 

Jesús Vásquez Martínez, mi compueblano Chu, está librando una batalla difícil pero muy importante. No pretendo intervenir ni tomar partido en la lucha interna del Partido Revolucionario Moderno –PRM-.

Esos son sus asuntos. Mucho más cuando se trata de un partido del cual la organización de  izquierda de la que formo parte ha sido aliada y donde uno tiene tantos buenos amigos en cada uno de los grupos que ahora han entrado en una áspera competencia.

Pero al ver a un amigo entrañable como Chu envuelto en esa competencia, lo menos que puedo hacer es darle aliento y desearle la mejor de las suertes.

Chu y yo siempre nos hemos llamado hermanos, como nos decíamos su padre y yo. En nombre de esa amistad tan larga y fraternal, llamo a ese hermano a que use las armas limpias en el combate, pero que pelee su causa como él ha sabido hacerlo en otras ocasiones.

Él tiene perfecto derecho a aspirar a la secretaría general de su partido. Perredeísta desde décadas, con un fuerte liderazgo en su propio pueblo, Nagua, hasta el punto de que aun en los momentos más difíciles del perredeísmo al que el perteneció, supo ganar más de una vez la senaduría por su provincia, pese a que en ocasiones se vio a riesgo de perder la vida.

Él es un batallador y en este momento   está aspirando a la secretaría general del partido al cual le ha dado tanto y quiere y puede darle mucho más.

Sus energías, que     parecen inagotables, su experiencia práctica de trato cercano con la gente, especialmente con la militancia perremeísta con la cual se ha relacionado desde que esa fuerza política se separó el perredeísmo propiamente dicho y quiso forjar su propia estructura y sus propios perfiles.

En ese esfuerzo Chu ha estado presente como el que más y gracias a cuadros políticos como él, esa organización que surgió dispersa como todo partido nuevo, puede hoy organizar su propia convención, que desde mi condición de amigo, deseo que culmine con todo el éxito.

Y en el mismo ánimo, al ver al hermano Chu empeñado en una lucha que se ha vuelto tan desigual desde que en las alturas del PRM se tomaron determinadas decisiones, yo le tiendo mi mano, le doy mi aliento y le deseo muy buena suerte.



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